Ríen
Sería triste que hicierais de la risa lo que habéis hecho ya de la palabra
No sé si te habrás fijado en lo mucho que ríen. Particularmente el líder extremeño Gallardo y nuestro común Pedro Sánchez.
Gallardo es aquél que ... viendo venir la presión judicial que se le avecinaba se adelantó a asegurar, sin que nadie le preguntara ni le requiriera, que él no se aforaría jamás, él afrontaría, llegado el caso, el trance judicial a cuerpo, como un inocente injustamente asediado y haciendo honor a su apellido, sin paracaídas ni burladeros. Cuando el trance llegó se apresuró a hacer todo lo contrario de lo alardeado: aforose forzando la maquinaria hasta hacerse diputado atropellando prioridades de compañeros de partido.
A Sánchez la natural crítica política a un jefe de gobierno ya hace tiempo que le queda muy corta. Hace tiempo que su ejecutoria -triste rehén de Puigdemont, mas lo de Koldo, Ábalos, Aldama, mas familiares en grado cercano próximos al tercer grado judicial- chapotea en el bochorno, pero lo de la grabación protagonizada por Leire Díez, la llamada 'fontanera', rebasa todo lo imaginable. A quién puede extrañarle que nuestro Pedro lleve un mes largo sin hablar con la prensa.
Bien, pero como decía no sé si te habrás fijado en lo mucho que ambos, Gallardo y Sánchez, ríen de pasada ante las cámaras cuando tienen el gesto disponible. Mientras caminan sonríen, mientras esperan sonríen, mientras pasan sonríen. Como si trajeran el gesto de casa. Cámara presente, solamente dejan de sonreír cuando deben ocuparse en algo incompatible con la sonrisa. Una sonrisa que no es gratuita, sino deliberadamente intencionada, la sonrisa tranquila, la sonrisa del inocente que está en paz consigo y con el mundo, la que no se le supondría nunca a un aforado exprés o al capitán de Leire, la risa que prostituyen, la risa que malversan, la risa que roban hasta incurrir, tal vez, en su delito más grave.
En fin, sois políticos en el momento más soez de la política española de los últimos tiempos, así que sí: mentid, enredad, ejerced el oficio en su registro más bajo, o más bajuno, pero dejad de reír porque la risa ya no es vuestra y la estáis arruinando. Sería triste que hicierais de la risa lo que habéis hecho ya de la palabra, que la risa ya fuera desde ahora ficción y disimulo. No tanto por nosotros, ya más que escarmentados, me acuerdo de los niños que aprenden lo que ven. Haced lo que queráis, seguid con vuestras cosas, pero pensadlo bien y dejad de reír de esa manera obscena. La risa ya no es vuestra, es de quien no está obligado a ella. (Y de Neruda, claro).
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.