Siempre en su equipo, doña Mercedes
David Acera
Jueves, 30 de octubre 2025, 01:00
Se nos ha marchado Merce. En otro momento —lejano y cercano a la vez— nos tocó compartir trabajos, anhelos y también momentos duros, tratando de ... mejorar este mundo que nos ha tocado vivir a través de la lucha en el frente institucional.
Bajo su dirección en la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Oviedo trabajamos con un propósito claro: poner la educación en el centro de las preocupaciones de nuestro concejo. Conseguimos que la ciudad se convirtiera en la capital de provincia con mayor inversión per cápita en educación de toda España; se ampliaron las becas escolares hasta alcanzar a la inmensa mayoría de la población —no solo a las personas sin casi recursos—, se mejoraron los comedores escolares, se impulsaron la Escuela de Salud y la Universidad Popular Ovetense, y se reconstruyó por completo el Albergue de Animales de Oviedo, que durante años había sido un lugar indigno tanto para los animales como para quienes trabajaban allí.
He de decir, con permiso de mi querida Isabel Bermejo, que pocas compañeras me hicieron perder más pelo y ganar más canas que ella… y, al mismo tiempo, de pocas personas he aprendido tanto. Siempre firme, Merce encarnaba aquello que decía Mao Zedong: en la vida hay que ser como un junco, firme en la base y flexible en la superficie. Con ella aprendí que las altas murallas de la injusticia no siempre caen a cabezazos; a veces se derrumban con palabras amables, con la capacidad de tejer complicidades y, sobre todo, con cabeza, trabajo y buena gestión.
Fueron muchas las discusiones compartidas, muchas nuevas canas —probablemente mutuas— y, creo, también cariño y respeto sinceros entre los dos. Merce era una cristiana convencida, pero no de las que solo hablan o se golpean el pecho: trabajó por construir el Reino de los Cielos en el más acá, sin esperar al más allá. Quiso echar a los mercaderes del templo y hacer del milagro de los panes y los peces —y de su reparto justo— una realidad cotidiana.
La última actividad que compartimos fue la organización de un gran concierto, que ella me animó a presentar, contra el genocidio palestino en el Teatro Filarmónica, hace muy poquitos meses y con su enfermedad ya avanzada. Así fue su vida: trabajando y peleando por los demás hasta el final.
✊ Siempre en su equipo, Doña Mercedes.
Seguimos en la pelea.
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