Un diario para el futuro
LA VOZ DE AVILÉS actualiza su oferta informativa y reafirma el compromiso con sus lectores que la ha definido desde su creación
LA VOZ DE AVILÉS estrena formato, con cambios en sus páginas para hacer nuestro diario más cercano a los lectores y adaptarlo a los retos informativos que se avecinan. Realizamos los cambios con la voluntad de mantenernos fieles a la vocación fundacional del medio: ser el periódico, por excelencia, de Avilés y su comarca. Una intención que nos guía desde el primer día y van ya más de 113 años llegando puntual a la cita con nuestros lectores. El camino del futuro se encuentra en la propia historia de La Voz de Avilés, que nació para no ser solo la referencia periodística de Avilés, sino también de su comarca, que forma un espacio de intereses comunes, con una temática laboral distintiva, sistemas de transporte compartidos, tejidos urbanísticos conectados y preocupaciones compartidas. Nuestro diario surgió también para proyectar la voz de sus ciudadanos en toda Asturias. Y gracias a la respuesta de sus lectores, se mantiene como la única cabecera nacida en Avilés que aún se edita en nuestros días. Esta confianza no exige menos que una mejora constante. Por ello, La VOZ de Aviles inicia un proceso de evolución para ofrecer más y mejor información local y comarcal, como demandan nuestros lectores y está en el acervo de nuestra cabecera. Una información que también tendrá un importante crecimiento en nuestra edición digital, lavozdeaviles.es.
Avilés y su comarca vivieron, como pocos territorios, la dureza de la reconversión industrial, desde finales de los años setenta a la década de los noventa del pasado siglo. Un proceso que se saldó con una drástica reducción de puestos de trabajo (la siderurgia perdió más de 10.000 empleos entre 1991 y 1998), inversiones renovadoras del tejido industrial (la acería LD-III), en muchos casos como paso previo a la venta, y nuevas formas de organización del trabajo. Gracias al esfuerzo colectivo y a la madurez de los agentes sociales se pudieron salvar las principales factorías. Fue una larga travesía en la que el sector público industrial pasó a estar gestionado por la iniciativa privada, y donde se aplicaron los primeros planes de competitividad. Al final, merecieron la pena los sacrificios realizados, porque permitieron salvar el gran Avilés construido con los proyectos industriales de la posguerra (Ensidesa, Endasa, Enfersa, Siasa).
En la actualidad, Avilés asume otro reto: la modernización, concretada en la industria 4.0. Un desafío que no está exento de problemas, alguno de ellos tan agobiante como el provocado por el coste del suministro energético, que convierte en anticompetitivos productos industriales que tenían asegurada la demanda en el mercado. La industria básica asturiana, que tiene en Avilés y su comarca su principal asiento, necesita la estabilidad y moderación de los precios de la energía para concurrir en los mercados. El Gobierno de España debe hacer las gestiones que sean necesarias para mejorar el abastecimiento energético, como premisa fundamental para conservar en pie un sector tan estratégico como el metalúrgico. Acotado ese problema, Avilés ya tiene a día de hoy grandes activos para triunfar en la nueva revolución industrial (ciencia, innovación, robotización, descarbonización, sostenibilidad), con centros tecnológicos de I+D+i que son punteros a escala mundial y con el asentamiento de distintas multinacionales que se dedican a un abanico de actividades que van desde la fabricación de fibra, la construcción de torres para aerogeneradores, mantenimiento de servicios de hardware, servidores y ciberseguridad, hasta las aleaciones metálicas, los refractarios y la fabricación avanzada. Un conjunto de actividades que se verán reforzadas cuando se culminen operaciones urbanísticas ya diseñadas antes de la gran recesión de 2008, como es el proyecto de la Isla de la Innovación que necesita, como paso previo, clarificar la integración ferroviaria. En ese futuro prometedor está el desarrollo cultural y turístico, dos elementos que se dan la mano en el caso de Avilés, y que solo necesita para su desarrollo, como la dimensión universitaria, de más implicación por parte del Principado. Un futuro prometedor que LA VOZ DE AVILÉS no solo quiere contar, sino también construir y defender, como ha hecho durante más de un siglo.