Situación insostenible
Basta echar una ojeada a las portadas de los periódicos, tanto da impresos como digitales, para corroborar que la situación de la política y de ... manera especial de un Gobierno que se resiste como gato panza arriba a reconocer que la situación es insostenible. No se trata ya de un partido u otro, la realidad es que muchos de los treinta y nueve millones de españoles se sienten mal viendo la degradación tanto interna como internacional que está sufriendo España.
Pedro Sánchez, el presidente del Ejecutivo, puede argumentar lo que estime oportuno para salvar el poder que ostenta, pero ya es imposible que recupere la creencia bastante generalizada, incluso entre algunos de los suyos que le acusan de saltarse el compromiso del servicio público e incluso de la dignidad nacional para conservar un poder que se desangra cada día que pasa. Como simple ejemplo, el escándalo de cada día, como lo describe la voz de la calle, en menos de veinticuatro horas la obstinación en convencer a los veintisiete miembros de la Unión Europea para que acepten el catalán, euskera y gallego como idiomas oficiales, para mantener siete votos en el Congreso de un partido de extrema derecha que le chantajea cada semana con la amenaza de retirarle el apoyo.
Obviamente, la propuesta y el despliegue diplomático realizado durante varios meses, creyendo ingenuamente que podrían ofrecérselo en bandeja a los que aspiran a avanzar un paso más en la independencia de Cataluña puso en contra a los miembros principales, como Alemania, Francia, Italia, etcétera. Resulta increíble que alguien con cabeza pretendiese que todos los miembros asumiesen el gasto millonario para siempre que supondrían los intérpretes para sustentar el capricho de uno de ellos. Y todo también ante el temor bien fundado que muchos miembros tendrían que afrontar las reivindicaciones comparativas de sus lenguas y dialectos locales, que son más de setenta.
Mientras tanto, también protagonizado por los líderes socialistas en el sálvese quien pueda ante el procesamiento del hermano de Sánchez, que demuestra que la corrupción, que lamentablemente parece que en España es crónica, ha emergido en el Gobierno e incluso con sospechas fundadas en el partido que lo encabeza. La dimisión del secretario de Estado del Ministerio del Interior coincide con las revelaciones sobre algunas iniciativas para neutralizar o desactivar a la UCO (Unidad Central Operativa), el brillante servicio judicial de la Guardia Civil al que se le amontona el trabajo. No es todo, pero si suficiente para asegurar que la situación es insostenible y sin esperanzas de que se arregle.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.