Ecuador de legislatura
Asturias, en el contexto de la recuperación, debe afrontar sus prioridades con urgencia y determinación, pero sin oportunismos
La legislatura autonómica cruza el ecuador. Quedan atrás dos años marcados por la lucha contra la pandemia. A los siete meses de la investidura como ... presidente de Adrián Barbón, ya estaba la población sometida a un duro confinamiento domiciliario con la actividad económica detenida salvo los servicios esenciales. Para hacer frente al coronavirus hubo que reforzar los servicios públicos y para paliar sus efectos fue necesario distribuir recursos entre los sectores más afectados. Un periodo político excepcional -la mayor parte bajo el estado de alarma- que no puede ser valorado positivamente, dado el número de fallecidos y el daño sufrido por el resto de afectados, así como por la brusca caída de la economía. Desde una perspectiva sanitaria es preciso anotar que los perjuicios provocados no fueron tan devastadores como en otras regiones próximas a nosotros, como Castilla y León, País Vasco o La Rioja. El punto más crítico estuvo en las residencias de la tercera edad, que no estaban preparadas para protegerse de una pandemia tan agresiva.
Se inicia la segunda parte del mandato cuando ya se ve la luz al final del túnel gracias a la campaña de vacunación. El 50% de los asturianos mayores de 16 años han recibido al menos una dosis. En absoluto se puede dar por finalizada la lucha contra la pandemia. No obstante, llegó el momento de compaginar la actividad sanitaria con el relanzamiento de la economía. En el ciclo anual, la fase alcista del empleo se desarrolla entre marzo y septiembre, así que estamos en condiciones de aprovechar esa coyuntura, particularmente en el caso del turismo, al acercarse la temporada alta. Todos los organismos que se dedican a la prospección económica anuncian una notable recuperación, hasta el punto de señalar a España como el país de la UE que va a tener un mayor crecimiento del PIB. En Bruselas se prevé que en el segundo semestre llegue la primera partida de fondos europeos (69.500 millones de euros), la mitad de los cuales se deben consumir entre este año y el próximo. El destino de los fondos europeos, su cristalización en proyectos, debe reunir el mayor grado de apoyo de las fuerzas políticas. No son proyectos de partido ni de gobierno, sino de región. Constituyen una oportunidad única para relanzar la actividad económica, modernizar las empresas y reforzar los servicios públicos. No se puede caer en el oportunismo de hacer política barata criticando las iniciativas ni apropiándose torticeramente de ellas. Canalizar toda la financiación que recibimos en proyectos de futuro es el objetivo.
El reto demográfico, objetivo señalado por el presidente Barbón desde el inicio del mandato, recibirá el respaldo del plan, 'Pueblos con futuro: un plan para la cohesión y transformación del país', presentado por Pedro Sánchez, que contará con el respaldo de diez mil millones de los fondos europeos. Se busca hacer más homogéneo el territorio y relanzar las actividades del medio rural para captar habitantes. Asturias tiene muchos argumentos para recibir esos recursos, por el alto envejecimiento, la baja tasa de natalidad y por encabezar el ranking de provincias con más pueblos abandonados. Incluso en el caso de que el reparto del fondo fuera estrictamente proporcional a la población, ya recibiríamos una cantidad grande de dinero de forma que hay que elegir bien las iniciativas que deben ser subvencionadas.
En los dos años que restan hay que lograr un estatus para la industria electrointensiva que la permita ser viable. Toca negociar con el Gobierno central una alternativa para que pueda competir en el mercado sin estar penalizada por el coste eléctrico. En la segunda parte del mandato se deben aplicar las principales medidas para reformar la Administración del Principado, entre ellas la simplificación de trámites administrativos por la que claman particulares y empresas. Asuntos puntuales pendientes, como el impulso de la Zona Logística de Asturias, tienen que resolverse los próximos meses para que no sea noticia por las deudas, sino por las empresas que se instalan.
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