Ha coreado alguna vez 'Otan no, bases fuera'? ¿Añora los tiempos en que invocar el FMI, Bretton Woods, el Consenso de Washington, la globalización o ... la apertura comercial era pecado mortal? ¿Le convencen las críticas a la política monetaria de los bancos centrales independiente de los gobiernos? ¿Cree que el control judicial del ejecutivo es un poco encubierto lawfare? ¿La existencia de un Estado Profundo / 'Deep State' le consuela de fracasos electorales? ¿Comparte la displicencia de los teóricos parisinos modelo Foucault respecto del liberalismo como trampa capitalista?¿Menosprecia la educación como niveladora social? ¿Piensa que las universidades practican la meritocracia para producir elites de poder ? ¿Desprecia la burocracia de Bruselas? Pues entonces las políticas de Trump Anti-OTAN/apertura comercial/Reserva Federal/jueces /universidades de la Ivy League/UE serán un ejemplo de plegarias atendidas, que según la falsa cita de Capote a Santa Teresa son las que mas llantos producen. Frente a esos llantos, la lectura de la prensa pro mercado tipo 'Financial Times' constituye un ejercicio de progresismo-liberalismo-europeísmo, términos que hasta nuevo aviso deben tomarse como sinónimos, porque el funcionamiento de la divisoria izquierda-derecha requiere asumir la previa divisoria de situarse a un lado u otro del europeísmo liberal.
Ejemplo teórico: Gideon Rachman, jefe de relaciones internacionales del 'Financial Times', escribió un artículo tonificantemente titulado 'Trump esta haciendo Europa grande de nuevo', que en el ingles original de 'Making Europe Great Again (MEGA)' vendría a ser el contra slogan del 'Make America Great Again' (MAGA) trumpiano. Rachman resume las ideas sobre la oportunidad de consolidar una unión económica y política europea surgida de la crisis económica (aranceles) y política (desdén por la OTAN) provocada en Europa cuando Norteamérica se pone a la vez aislacionista, con cierre de fronteras físicas y comerciales, e intervencionista, promoviendo políticos creyentes/promotores de la decadencia de la Europa liberal.
Ejemplos prácticos: primero, la UE amplía la senda de la política de seguridad común, y la participación directa /directiva en ella del Reino Unido rompe la dinámica del Brexit. Es buena noticia que participe en los procedimientos UE un país europeo no UE, con buena calificaciones en espías, militares y diplomáticos (tómense también estos términos como sinónimos), profesiones muy demandadas en estos tiempos. Segundo, después de la victoria electoral de los democristianos en Alemania, estos articulan una coalición con socialdemócratas y verdes y se desacraliza el tope de endeudamiento público para así financiar inversiones en seguridad e infraestructuras. Es buena noticia que las coaliciones sean posibles cuando se entiende lo de que la divisoria liberal y europeísta es previa al reparto de papeles izquierda-derecha, que el control norteño del déficit para racionalizar el gasto es compatible con el keynesianismo inversor y que reforzar la posición alemana en la UE es reforzar la UE.
Actuar respecto de la defensa europea sin mayor integración y acción europeas sería fomentar un próximo sermón populista
Tampoco piensen que MEGA vs. MAGA será un taquillero 'remake' de Godzilla (UE) Vs. Kong (USA), con buen rollito europeísta combinado con requetearancel y descubrimiento de las virtudes pacifistas de las cabezas nucleares y de la guerra como política industrial. MEGA Vs MAGA sería decidir políticamente si a escala UE procede el uso para las guerras comerciales de fórmulas europeas como el mecanismo anticoerción, y si para las otras guerras existen necesidades compartidas de mejorar la seguridad de los países europeos, por la progresión rusa en el próximo este y la regresión OTAN en el lejano oeste.
Para afrontar este asunto de la defensa europea conviene recordar a Javier Goma en 'Aquiles en el Gineceo': hacerse adulto exige bajar el nivel de narcisismo y asumir dignamente la condición perecedera del ser humano. Después conviene aplicar a la defensa la lógica económica de la eficiencia de las economías de (gran) escala europea y de recentralizar lo externalizado a la OTAN, y también la lógica política del poder multiplicador del federalismo cooperativo, simétrico y multilateral. A propósito, no compren productos federales que no cumplen esta triada, son falsificaciones. Finalmente, conviene utilizar técnicas muy europeas, como las de prevención de riesgos (laborales): evaluar riesgos para la seguridad, desde los ciberataques a la geopolítica rusa, incluyendo los que sin duda pueda crear la propia medida preventiva del rearme y, en base a ello, planificar la prevención defensiva.
No se trata de optar entre rearme nacional o gestión europea, porque la defensa europea ha de ser un tema más de una Europa que federaliza su política y mutualiza su economía, asumiendo que de la codecisión federal son hermanos inseparables la cofinanciación del gasto así decidido y la condicionalidad en su uso.
Este sano criterio de 'yo no gasto si tu no gastas y según en que te lo gastes' aplicado a la defensa europea puede requerir un ajuste del gasto militar por país, pero no puede quedarse en eso. La defensa europea requiere federalización europea, y esta federalización ha de incluir la defensa. Y para ello hay que desactivar al enemigo interior, el trumpeurato, profundizando en políticas europeas frente a realidades como las desigualdades económicas o territoriales, que para los populistas son solo elementos para confeccionar una irreal pesadilla de la que únicamente ellos pueden ayudar a despertar con su irracional electroshock. Actuar respecto de la defensa europea sin mayor integración y acción europeas sería fomentar un próximo sermón populista a base de 'Europa se militariza, manda a nuestros hijos a la mili, se vende al complejo militar industrial y nos roba nuestros entrañables ejércitos nacionales'. Entender esto ayuda a entender la necesidad de coaliciones políticas en torno al europeísmo y el liberalismo político.
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