El fracaso de la Consejería de Educación
Geles García
Martes, 20 de mayo 2025, 23:29
Hoy quiero comenzar esta columna rindiendo homenaje a José Mujica, expresidente uruguayo y referente más allá de la política convirtiéndose en un símbolo de humildad, ... compromiso social. Para él, la educación no era solo un derecho, sino una herramienta esencial en la transformación social como expresó en una de sus sabias reflexiones sobre el tema: «Un pueblo educado tiene las mejores opciones de vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y los mentirosos».
En Asturias, estas palabras adquieren especial relevancia en un contexto de creciente malestar en la comunidad educativa. Nos encontramos ante un final de curso marcado por movilizaciones y una convocatoria de huelga, convocada por los sindicatos, tras un año de indiferencia por parte de la Consejería de Educación, que ha ignorado las propuestas y demandas de distintos colectivos.
Los medios de comunicación, especialmente EL COMERCIO, han documentado ampliamente estos conflictos. Entre los temas más polémicos figuran el traslado del CP Virgen de las Mareas, las movilizaciones de las familias del colegio de Latores, deficiencias de infraestructura en institutos de reciente creación; y las acusaciones de actitudes autoritarias y sexistas dentro del servicio de Inspección Educativa. A esto se suman errores en convocatorias de interinidad y concursos de traslados; la falta de candidaturas a dirección en el 47% de los centros; la polémica sobre el uso de los dispositivos; y las dificultades del personal en les Escuelines. Por si fuera poco, la medida innecesaria sobre la jornada escolar en junio y septiembre fue la 'gota que colmó el vaso', generando un conflicto donde no lo había, ignorando que el uso del comedor es perfectamente compatible con dicha jornada, como se ha demostrado en Gijón.
La actitud inflexible, sin voluntad de diálogo, es la que también ha mantenido, junto al director del Miguel de Cervantes, en el conflicto sobre el uso de instalaciones perpetuando así la falta de soluciones.
Preocupa que la consejera, en lugar de afrontar estos problemas, practique una 'política del escaparate' centrada en hacer anuncios vacíos para obtener fotos mediáticas, sin aportar soluciones reales. Esta forma de actuar no solo genera frustración en la comunidad educativa, sino que compromete seriamente la calidad y el futuro del sistema educativo.
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