Coeducación: más leonas y menos princesas
Gimena Llamedo
Sábado, 8 de marzo 2025, 01:00
Secciones
Servicios
Destacamos
Gimena Llamedo
Sábado, 8 de marzo 2025, 01:00
Cada 8 de marzo nos encontramos con un espejo que nos devuelve el reflejo de cuánto hemos avanzado y, al mismo tiempo, de todo lo ... que aún nos queda por recorrer. Celebramos logros irrenunciables, conquistados gracias a la lucha colectiva de tantas mujeres que nos precedieron, pero también recordamos las desigualdades que persisten y que nos siguen interpelando.
Sabemos que la igualdad formal –la que está reconocida en las leyes– no garantiza la igualdad real. Y en la base de esa brecha sigue estando un factor clave: la educación. No podemos aspirar a una sociedad plenamente igualitaria si no garantizamos que niños y niñas crezcan en un entorno libre de estereotipos de género, sin barreras imperceptibles que les limiten y con las mismas oportunidades para desarrollar su talento y sus sueños.
Estos días, una pequeña de tres años tuvo que elegir entre disfrazarse de princesa o de un animal para la fiesta de carnaval de su clase. Eligió ser una leona. Seguramente porque le fascinan los animales, pero también porque aún no está impregnada de un mundo que en demasiadas ocasiones incita a pensar que hay opciones que son 'de niñas' y otras que son 'de niños', que tradicionalmente ha dividido su mundo en rosas o azules y que puede llegar a influir en su futuro. Ese pequeño gesto me hizo reflexionar sobre el poder de la educación y sobre el mundo que estamos construyendo para las próximas generaciones.
La coeducación, entendida como un modelo educativo basado en la igualdad y el respeto mutuo, no es una opción, sino una necesidad. Es el pilar sobre el que debemos construir una sociedad más justa, más democrática, en la que hombres y mujeres puedan elegir su futuro sin estar condicionados por los roles de género que, durante siglos, han determinado lo que se esperaba de cada uno.
Pero a pesar de los avances, la educación sigue transmitiendo, muchas veces de manera inconsciente, los mismos estereotipos que queremos erradicar. En los libros de texto, en los referentes que se presentan en las aulas, en las expectativas que proyectamos sobre niños y niñas desde edades tempranas.
No podemos permitirnos seguir criando a generaciones enteras con las mismas limitaciones de siempre. La coeducación no es solo una herramienta para empoderar a las niñas, sino también para liberar a los niños de un modelo rígido y obsoleto de masculinidad que les priva también de tantas cosas. Porque cuando dejamos que cada persona elija sin miedo a ser juzgada, estamos construyendo una sociedad mejor para todas y todos.
Hablar de coeducación es hablar de un cambio profundo, y todo cambio encuentra resistencias. Hemos visto cómo ciertos sectores intentan desacreditar la educación en igualdad, presentándola como una amenaza en lugar de como una oportunidad.
Hemos escuchado discursos que pretenden caricaturizar la educación en igualdad como una imposición, cuando en realidad lo que busca es justo lo contrario: dar libertad, romper barreras y garantizar que cada niño y cada niña pueda elegir su camino sin limitaciones. Hemos visto intentos de censura sobre contenidos educativos que promueven la diversidad y la igualdad, como si educar en respeto fuera algo peligroso. Aquí algunos las descalifican como 'chochocharlas'.
Detrás de estos ataques hay un intento claro de frenar el avance de derechos. Se nos dice que la igualdad «ya está conseguida», que no hace falta seguir coeducando, pero los datos demuestran lo contrario: la brecha salarial sigue existiendo, la violencia machista sigue matando y la representación de las mujeres en espacios de poder sigue siendo desigual.
Desde el Gobierno de Asturias tenemos claro que la educación es la llave del cambio y, por ello, trabajamos cada día para avanzar en la coeducación desde la escuela hasta todos los ámbitos de la sociedad. Porque estamos convencidas de que la única vacuna que hay contra el machismo y contra su máxima expresión, la violencia de género, es la coeducación. Una vacuna como la que ponen Silvia González, los IES Doña Jimena (Gijón) y Juan de Villanueva de Siero y el Colegio de Educación Especial San Cristóbal de Avilés, homenajeados en el acto institucional del 8M. Una vacuna que inoculan todas y cada una de las personas que coeducan. Desde aquí, mi agradecimiento y reconocimiento a todas y cada una de ellas.
Este 8 de marzo quiero reivindicar, una vez más, la importancia de educar en igualdad. Porque la coeducación no es solo una cuestión educativa, sino una cuestión de justicia. Porque garantizar que niños y niñas crezcan sin barreras de género es la mejor inversión que podemos hacer para el futuro.
Esa pequeña de tres años ha tenido la libertad de elegir ser una leona. Puede parecer un gesto pequeño, pero significa mucho. Significa que estamos rompiendo barreras, que estamos dejando atrás los corsés que durante siglos nos impusieron. Y significa, sobre todo, que estamos construyendo un futuro en el que nuestras hijas e hijos podrán ser lo que realmente quieran ser.
Asturias seguirá avanzando en este camino, sin dar ni un paso atrás. Sigamos construyendo juntas y juntos una sociedad en la que la igualdad no sea solo un objetivo, sino una realidad cotidiana. La vacuna está lista. Por más leonas y menos princesas.
Feliz Día Internacional de las Mujeres. Sigamos avanzando, juntas y juntos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.