Hijo de Tapia
Con su belleza y su gente solidaria, este concejo es un poema vivo, un lugar donde las ideas florecen, donde la cultura no es un adorno, sino una brújula
Graciano García
Viernes, 14 de marzo 2025, 01:00
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Graciano García
Viernes, 14 de marzo 2025, 01:00
Una vez soñé una casa en Tapia, un refugio sobre el acantilado donde el mar rompiera con fuerza y el viento contara historias antiguas de ... naufragios y rescates. Hoy esa casa es una realidad, hecha de amor, de mar, de sal y de piedra. Y ahí sigue, desafiando a todos los vientos. Me gusta recibir en verano a amigos y familia que no veo durante el año, y presumo al enseñarles el paisaje y hablarles del alma del pueblo. Aquí fui acogido con afecto y amistad. Porque los sueños no pueden dormir solo en la imaginación; hay que darles forma, convertirlos en palabras, en roca, en proyectos que enriquezcan la vida y la llenen de sentido. Este jueves he sido reconocido como Hijo Adoptivo de Tapia, un honor que agradezco a su alcalde y a la Corporación en pleno. Una vez más en mi vida, nada fue un sueño.
Tapia me inspira y me anima a hacer cosas, a emprender. Allí, porque creo que no se puede vivir sin sueños y sin el ruido de las olas desvaneciéndose en el acantilado, escribí mis tres libros de poemas; allí se gestaron ideas para fortalecer a la Fundación Princesa de Asturias y sus Premios; allí nació mi otro gran proyecto, Asturias, Capital Mundial de la Poesía, porque estoy convencido de que nuestro primer deber es dejar un mundo mejor que el que nos hemos encontrado al llegar a él, y la Poesía es un medio fundamental para conseguirlo.
Tapia, con su belleza y su gente solidaria, es un poema vivo, un lugar donde las ideas florecen, donde la cultura no es un adorno, sino una brújula. Vivimos tiempos difíciles, de cambios profundos y amenazas constantes, pero precisamente por eso necesitamos más que nunca la claridad de la mente, la unión, la solidaridad y, sobre todo, los sueños. Porque 'donde hay poesía, no triunfa el mal'.
No sabemos qué nos deparará el futuro, pero sí sabemos que cada semilla sembrada hoy puede convertirse en un árbol frondoso mañana. Como dijo Carlos Fuentes en su discurso en el Teatro Campoamor, «nadie sabe lo lejos que puede llegar el espíritu humano cuando le anima el deseo de buscar belleza y verdad en la Tierra». Y Tapia, y sus gentes, con su compromiso con la poesía y la cultura, con su solidaridad, con su amistad y altura de miras, se ha convertido en un faro que ilumina ese camino.
¿Para qué sirven los poetas? El deber de los poetas es cantar con sus pueblos y dar, como escribió Neruda, al hombre lo que es del hombre: sueño y amor, luz y noche, razón y desvarío. Poesía es lo que ennoblece, dignifica y hace de la vida una esperanza: por ello, los mejores versos de mi infancia los escribieron los mineros de Moreda de Aller, mi pueblo, al pedir escuelas, maestros y libros para sus hijos. Este es el motivo de que me emocione saber que Tapia ha abrazado este sueño de convertir a Asturias en la Capital Mundial de la Poesía, un proyecto que trasciende el tiempo y las fronteras.
A mi edad don Quijote había regresado a su casa y había mandado a Sancho a la suya. Había recobrado la lucidez, abandonado con pena a Rocinante, ya no tenía entuertos que enderezar, serpientes que descabezar, malandrines y gigantes que vencer, encantamientos que frustrar, molinos o ejércitos que desbaratar. Ya no se enamoraba de oídas, como él mismo decía. Yo, sin embargo, sigo. Porque como dice un hermoso verso, cuando todo está hecho, los amaneceres son tristes. Las sirenas de Tapia me mostraron dónde duerme el viento: casi siempre en el mar, otras se cobija en las estrellas: otras en el regazo verde del bosque, otras en el valle y la montaña. Así surgió Asturias, Capital Mundial de la Poesía. Tapia me ha mostrado todo esto, y por eso mi gratitud hacia este lugar y sus gentes es infinita.
Y allí, en medio de ese paisaje que nunca deja de inspirarme, sigue la Sirenina, cultivando rosas azules en el fondo del Hórreo, recordándonos que la magia existe, que los sueños son posibles; que, con poesía, todo es un poco más hermoso, que ahora hay una casa donde solo había zarzas y que yo soy hijo adoptivo de esta patria de hombres de la mar, que es lo mismo que decir por héroes, que es Tapia de Casariego.
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