Ayuso y el fiscal general
El destino los ha unido por más que ninguno de los dos lo hubiera deseado. Ayuso es la novia de un presunto defraudador de Hacienda ... que le está dando más disgustos de los que eran previsibles. No sé si merece la pena soportar estar a diario en el candelero por actos imputables exclusivamente a tu pareja y encima tener que defenderla. Pero, ya sabemos, el amor no es tal si no implica un apoyo incondicional.
Es una pena porque Ayuso reúne todos lo requisitos para convertirse en la lideresa del PP con la que conecta la mayoría de la ciudadanía. Habla alto y claro y dice lo que queremos oír los que tenemos sentido común y defendemos la ética, el estado de derecho, las instituciones y la democracia.
Su actitud, sus gestos y su intervención en la Conferencia de Presidentes de la pasada semana fueron ejemplares. Como era previsible, no se adoptó ningún acuerdo, pero el eco que tuvo fue notable. Defiendo a Ayuso en su protesta por el uso de los pinganillos. Las lenguas deben unir, no separar. El uso de las lenguas cooficiales fuera del territorio en el que lo son, y más en reuniones institucionales, es una falta de educación y de consideración hacia los interlocutores. Y, además, es de un fariseísmo insoportable. Resulta que los que defienden su uso fuera de su marco territorial, prohíben la utilización del castellano en sus comunidades. Bien por Ayuso.
El fiscal general está a un paso del banquillo. El rotundo auto del magistrado Hurtado al desestimar el sobreseimiento solicitado por Álvaro García Ortiz y María Pilar Rodríguez Fernández, vulgarmente conocida como 'Lady cianuro', así lo anuncia.
Leí las 52 páginas del auto y me parece una obra maestra, de una altura jurídica difícil de superar y demuestra un conocimiento profundo del Derecho Penal. Hace años que no veo una resolución judicial tan minuciosa, tan trabajada, tan meticulosa, tan pedagógica. El magistrado Hurtado es de esos profesionales de la magistratura que a pesar de haber participado en procesos de innegable repercusión institucional y política, ha sabido preservar su imparcialidad e independencia manteniéndose alejado de los focos.
Y, por ello, promueve la confianza colectiva con un auto de una corrección impecable, con una motivación aséptica, visibilizando los indicios probatorios con una claridad meridiana. El auto es explícito, completo, concluyente, evidenciando un sólido conocimiento del oficio y unas actitudes éticas garantistas de una aplicación objetiva y neutral del ordenamiento jurídico.
Dicen los ignorantes, los cafeteros y los subvencionados que no se alude a una sola prueba. Si leyeran el auto sin prejuicios previos, se darían cuenta de que el relato de los hechos comienza así: «A nivel indiciario, propio del momento procesal en que se encuentra la causa …». El término 'indicios' lo utiliza el instructor reiteradamente porque son precisamente los indicios los que juegan en esta parte del proceso. Ya llegarán las pruebas en el juicio oral.
Por cierto, de la banda del Peugeot ya han caído tres. Solo faltaría que el coche fuera robado, que careciera de seguro y que Koldo no tuviera carnet de conducir. Hay que arrinconar a Sánchez.
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