¿Trío o cuarteto?
Esa es la cuestión, el sanchismo corrupto, ¿se reduce a un trío o alcanza al cuarto pasajero del Peugeot que da nombre al régimen? ¿Es ... racionalmente admisible que en un espacio tan reducido como es el de un coche el cuarto viajero lo haga en calidad de mochilero y no interactúe en las conversaciones de los truhanes? Yo no lo creo y pienso que los españoles no apesebrados ni cafeteros, tampoco. Cerdán no es el arquitecto de lo que él llama Gobierno progresista (salvo que se refiera al progresismo en la corrupción), es un mero maestro de obra. El verdadero arquitecto es Sánchez y pagará por ello.
En fin, lo que condujo a la cárcel a Santos Cerdán (muchos ya juegan con su apellido y con el San Martín), fue el nefasto –a mi juicio– consejo de su abogado. Su perfil de pertenencia a la CUP y su trayectoria no lo hacían el más idóneo. Se mueve bien en los juicios ideológicos en los que se tira de los tópicos habituales, pero en este caso apelar a la ideología fue un craso error. Hablar de 'lawfare', de persecución política, de conspiración por haber negociado con Bildu, de una suerte de reacción de determinadas fuerzas disconformes con su participación en la formación del Gobierno delante de un magistrado del TS negándose a contestar a sus preguntas fue una estrategia esperpéntica, pueril y enervante. Este pleito no va de idearios, sino de hechos contundentes. Menos mal que no fue televisado en directo como pidieron, el ridículo hubiera sido universal. Por cierto, el abogado ya evidenció su personalidad al acudir a la vista con un traje de un color inapropiado que evidenciaba una falta de respeto a la liturgia que preside la presencia ante los tribunales de justicia.
El paso por la cárcel suele surtir el efecto de convertir a quienes lo sufren en aficionados a la ópera y no es extraño que al poco tiempo de su experiencia en la prisión imiten a los grandes tenores y canten todo lo que llevan dentro sin recato alguno, al margen del impacto que puedan causar sus revelaciones. Yo, en el caso de Sánchez, no dormiría tranquilo. Lo más probable –si no dimite antes– es que siga los pasos de los tres tenores y pague así todos los desmanes cometidos como presidente de un Gobierno que nunca debió formarse a costa del alto precio pagado en el campo de la ética, de la división de poderes, de la economía, del desguace de España y de la alteración de la convivencia social y política.
El Auto del juez Puente Segura es demoledor. Los delitos imputados a Cerdán son los de organización criminal, tráfico de influencias y cohecho. La vinculación de Cerdán con la empresa Servinabar resulta inequívoca, la autenticidad de las grabaciones está fuera de toda duda racional y su relación de preeminencia sobre el resto de los acusados, Koldo y Ábalos, aconseja la drástica medida adoptada de prisión provisional comunicada y sin fianza que aparece justificada y motivada hasta el exceso.
La moraleja de todos estos despropósitos parece obvia: aunque elijas a los más fiables, vigílalos como si fueran delincuentes comunes.
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