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Días imperfectos en Roma

La ciudad te conquista porque entre tanta ansia de perfección también es decadente, oportunista y, en ocasiones, incompetente, con pizzas malas y vinos medianeros

Lunes, 15 de septiembre 2025, 02:00

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Existe una obsesión por tener las vacaciones perfectas. Fotos impecables en Instagram, bailecitos en Tiktok, posados con Aperol Spritz, sonrisas repletas de flúor… un mundo ... plastificado, pacífico cual mar sin piratas. Pero después está la realidad. Regresé a Roma este verano, y Roma siempre es Roma, pero, además, están los imponderables. Entrar otra vez en el Panteón te vuelve a colocar una mueca de asombro en la cara, aunque después te metan un rejonazo por la cerveza que te tomas en la placita. Pasear por la ribera del Tíber es una gozada, llegarte hasta la Isola Tiberina, ver la puesta de sol contra los puentes, el Sisto, el Vittorio Emanuele, con la cúpula del Vaticano al fondo… aunque esa vista la compartes con los mosquitos y las avispas, que me hicieron un roto.

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