Isabel encadenada, Isabel liberada
Díaz Ayuso arrasó -quede claro que no el PP de Casado- porque tuvo la inteligencia política de captar los mensajes angustiosos de los madrileños durante la pandemia, y la valentía de abordarlos oponiéndose a los estereotipos y convencionalismos de la izquierda y la autocensura de la derecha
JOSÉ LUIS MAGROPROFESOR DE FILOSOFÍA JUBILADO
Jueves, 27 de mayo 2021, 06:12
Cuando contemplo el modo cómo la poderosa 'gauche divine' interpreta los datos objetivos que dieron las urnas en la Comunidad de Madrid, me vienen a ... la memoria las palabras que el coro lanzaba al encadenado Prometeo: «¿Pero cómo crees posible una ayuda de seres efímeros? ¡No te fijaste en la endeblez, carente de fuerza, semejante a un sueño, a que está encadenada la ciega raza de los humanos! ¡Nunca la voluntad de los mortales violará el plan armonioso de Zeus!».
El Manifiesto de los más de 2.000 escritores, actores, periodistas y sindicalistas -felices mortales que acaparan el Olimpo de la verdad- era claro y contundente: «Esta vez sí es posible conseguir que la derecha y la ultraderecha salgan del poder en la Comunidad de Madrid después de 26 infernales años de atentados contra los derechos y la dignidad de la mayoría ciudadana». Piden votar a la izquierda progresista, ya que tal voto «significa cortar en seco el avance del fascismo en nuestro país y poder trabajar por un Madrid sin exclusión social, sin machismo ni xenofobia. Un Madrid que avance en derechos sociales, políticos, económicos y culturales». «Un gobierno madrileño de izquierdas será la mejor noticia, no sólo para esta comunidad, sino para el futuro de todos los pueblos de España por muchos años».
La tragedia comienza cuando estos efímeros y 'obtusos' habitantes de la Comunidad de Madrid deciden, por una holgada mayoría, liberar a Isabel Díaz Ayuso, rechazando el paraíso que la 'izquierda divina' les prometía al haberse juramentado para echar por la borda el lastre de los 26 infernales años vividos en la oscuridad del fanatismo, la xenofobia, el fascismo, la pobreza, la miseria, el paro, y hasta de las colas del hambre.
Los 'obtusos' habitantes de Madrid rechazaron el paraíso que la 'izquierda divina' les ofrecíaSu mundo no tiene nada que ver con el ecosistema en que viven los dueños de los partidos tradicionales
El desconcierto de estos acaparadores de la verdad y la felicidad de los mortales, llegó al summum cuando sus sumisos pupilos rechazaron las falaces promesas envueltas en el suave tejido confeccionado con sus doradas y amañadas palabras.
Si algo han dejado patente las elecciones en Madrid, ha sido que el mundo real de sus habitantes no tiene nada que ver con el mundo virtual creado por los medios audiovisuales afines al poder y, mucho menos, con ese otro ecosistema en el que viven los dueños de los aparatos de los partidos tradicionales.
Isabel Díaz Ayuso arrasó -quede claro que no el PP de Casado- porque tuvo la inteligencia política de captar los mensajes angustiosos de los madrileños durante la pandemia y la valentía de abordarlos oponiéndose a los estereotipos y convencionalismos de la izquierda, y la autocensura de la derecha.
Si la izquierda arremete contra Ayuso y su equipo, y la derecha excomulga a VOX, no hay que ser muy inteligente para deducir quiénes antepusieron la solución de los problemas de los madrileños a las monsergas ideológico-salvíficas que propalan en ese ferial de las vanidades por donde deambulan los dueños de las casetas.
Les queda el consuelo de seguir pensando que todo se explica por 'la deriva incendiaria' de Ayuso contra el Gobierno central y porque menos mal que Madrid, voten lo que voten los madrileños, no es España.
Pues, si es así, yo soy ya madrileño porque siendo español intuyo que toda España va camino de ser madrileña.
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