2025, los problemas siguen

Atrás quedaron las navidades, los reyes, las fiestas que socialmente se consideran de obligado cumplimiento. Pero los problemas siguen ahí. Son muchos y variados. Me ... duele, por hablar de algún problema acuciante, que en este recién estrenado 2025, tantos migrantes lleguen a Canarias en las peores condiciones. Siento que se nos olvida que en la década de los sesenta también nosotros fuimos emigrantes pobres, fuera a Europa, fuera allende los mares. Unas cuantas películas se rodaron con esa circunstancia, que una vez convertidas en celuloide pasaron a ser ciencia ficción, pero que en el momento que sucedían no lo eran. Recuerdo en este momento el 'Pepe vente a Alemania' que tan magistralmente interpretaba Alfredo Landa. Las viejas maletas que tenían algunas familias, que era todo lo que traía aquel pariente 'americano del pote', que había regresado viejo y pobre y que había que acoger, los paquetes de chorizos envueltos en papel de periódicos, en aquellas sábanas que eran entonces los noticieros. Y lo difícil que resultaba pasar las fronteras con el embutido, también lo era –difícil– conseguir un permiso de trabajo y qué decir del idioma. Así viajaba quien había decidido buscar fortuna lejos de su casa. Siendo lo principal mandar dinero para que estudiasen los hijos, para comprar un pisito, para mejorar en calidad de vida. Hoy la inmigración que recibimos viene en peores circunstancias. La primera, porque arriesgan su vida; y la segunda, porque a lo más que puede aspirar es a recoger fruta y vivir en barracones de cualquier manera, o a recorrer la ciudad como mantero, huyendo de la policía y vendiendo falsificaciones. El Gobierno, los partidos o aquellos a quienes corresponda no son capaces de regular una Ley justa de inmigración. Siento vergüenza. También miro para la Comunidad Valenciana tan duramente golpeada, a la que las ayudas están llegando tan lentamente. Creo que nunca los medios de comunicación realizaron una labor tan encomiable al dar difusión a lo que otros quisieran tapar. Estuvieron en las zonas afectadas mucho antes que los políticos. Bien por esos periodistas que se adentraron en las profundidades de la tragedia, bien por ese Ejército que sacrificó estas fiestas para ayudar, amén de los voluntarios que se enfangaron (eso sí que es fango) para echar una mano. Hay quienes dan la talla, bien por ellos.