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No hay mejor forma de dar el pistoletazo de salida al Día Internacional de la Mujer, que se celebra el próximo sábado, que hacerlo con ... un acto cultural de altura. Como ha hecho la Casa de Cultura de Alfaz del Pi, supongo que también lo harán otras entidades culturales repartidas por toda España, ocupadas en resaltar los valores de tantas mujeres que han hecho historia que, como mínimo fueron pioneras, muchas veces venciendo grandes dificultades, de ese feminismo que ahora sale a la calle a reivindicar unos derechos que por capacidades idénticas a nuestros colegas masculinos nos corresponden. Dicho esto, regreso a la Casa de Cultura de Alfaz del Pi, donde tuve la suerte de asistir a la presentación de dos libros de las historiadoras, Sara Rubayo y Ana Gállego, titulados 'Pintoras'. Ambas me descubrieron, confieso que no lo sabía, aunque lo intuía, la vida de 748 pintoras, que ejercieron como tal desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo XVIII. Han leído bien el número. Queda, me dicen las autoras, por explorar los siglos XIX y XX, están en ello. Cuenta Sara, la presentadora y coautora, que los estudios continúan porque las «quiere todas dentro y ninguna fuera», por corta que sea su biografía y calcula tener fichadas unas 3.200. Les aseguro que si vieran sus obras quedarían maravillados de su perfección, ingenio, o lo que se quiera decir de un trabajo bien hecho. Pero claro, solo pueden verse una treintena en el Museo del Prado que, por cierto, han sido rescatadas de los fondos de la entidad hace muy poco tiempo y, para más inri, muchas más reposan en sus enormes almacenes que por una u otra razón no están expuestas. Las de ellas, las mujeres, posiblemente sí tuvieran una razón: la de ser mujeres.
Que las expongan puede ser una buena reivindicación para este 8 de marzo. No puedo dejar de mencionar en este punto a nuestra Ángeles Caso, que también se ocupó de rescatar la vida de pintoras olvidadas, si mal no recuerdo, rescató 25 del olvido e incluso se remontó a las pinturas rupestres. Pero ese es ya otro tema, aunque igual de interesante. Concluyo: no iré a manifestarme, pero manifiesto, y valga la redundancia, estas actividades que sacan a la luz que somos buenas, como cualquier hombre, como pintoras, escritoras o cualquier otra actividad, científica, cultural, o de ama de casa.
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