Calleja debe quedarse
Jaime Clemente Hevia
Domingo, 9 de marzo 2025, 12:00
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Jaime Clemente Hevia
Domingo, 9 de marzo 2025, 12:00
Es difícil escribir hoy porque lo fácil sería hacerlo contra Javier Calleja, pedirle a la directiva del Real Oviedo que lo eche y exigir ... sabia nueva porque estás en el mejor momento desde hace más de veinte años y no puedes quedarte atrás sino reaccionar cuanto antes. Pero uno tiene que tener la sangre fría para saber que la persona que nos ha hecho estar invictos de diciembre a marzo e ilusionarnos estos meses es la misma con la que hemos perdido los dos últimos partidos. Y hay cosas que son innegables por mucho que haya gente que diga que todo lo que hemos conseguido hasta ahora ha sido por acciones individuales. No sé si pensar que hay cierto interés porque el Oviedo fracase y que su última baza ha sido generar una campaña, que está empezando a dar sus frutos, contra un entrenador que está a cuatro puntos del ascenso directo. Y, aunque prefiera dejar las conspiraciones para los americanos y para Netflix, quizás debamos de mirar a nuestro alrededor y preguntarnos si la gente que nos rodea, y que rodea al club, comparten nuestro interés: subir a Primera.
Si hoy tengo que jugarme la columna lo haré defiendo a Javier Calleja Revilla porque, independientemente de mi criterio futbolístico, que a nadie le importa, es el entrenador del Real Oviedo y no hemos llegado hasta aquí para reprocharnos nuestros defectos sino para cubrirnos la espalda cuando somos débiles, cuando nuestros enemigos aprovechan para tirarnos al suelo y deshacernos. Entiendo el cabreo de todo el mundo porque escribo medio desnudo desde el coche de Nacho después de haberme calado hasta los huesos en un campo que, afición aparte, no se puede permitir en Segunda. No puedes tener a quinientas personas empapándose y no ofrecerles toallas, que es lo menos que se espera del fútbol profesional del que tanto presumen algunos y tan bien viven otros.
Pero, centrándonos en el Real Oviedo, no podemos abandonarles por perder dos partidos. No lo hicimos en Tercera y no podemos hacerlo a cuatro puntos del ascenso directo. No podemos dejar que el pánico se apodere de nosotros. El viernes hay que recibir al equipo con bengalas, palmas y botes de humo. Porque solo los cobardes dejan tirados a los suyos cuando pasan un mal momento. Ahora nos necesitan más que nunca, apoyar cuando se gana es demasiado sencillo. Rememos aunque no sople el viento a favor. Tenemos que morir por conseguirlo.
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