Esperamos de los dirigentes religiosos o políticos que sepan guiar a los que estamos en el pueblo. Pero, en muchas ocasiones, nos encontramos con personas ... muy hábiles que, con palabras huecas y discursos vacíos, nos quieren controlar y desde puestos que deberían ostentar personas inteligentes y honradas, lo consiguen. Esto produce indignación y desánimo. Tenemos muchas personas que se dicen inteligentes, pero que son pura 'fachada' que tapa un perfil peligroso y que, con el tiempo, nos llegan a manipular, muchas veces, casi sin darnos cuenta. Vivimos en una sociedad manipulada, no dejan ver la luz, no nos dejan pensar.
Moisés señaló el becerro de oro al que adoraban como un dios que les daría la felicidad sin problemas. Y ahora, como entonces, dejamos los valores fundamentales, y vamos tras el nuevo dios: el poder, el dinero, el dios progresista que nos va a mejorar la vida. Y tenemos lo que tenemos: quien busca solo sus intereses y los de los suyos. Son personas muy hábiles, con supuestas licenciaturas y doctorados para tapar su poca inteligencia. Con esa habilidad alcanzan escaños y sillones desde donde nos manejan con discursos fáciles y encuestas.
No maduramos con los años, sino con los daños. Los listos y los hábiles viven sin problemas, mientras que los sabios y los inteligentes son convertidos en ignorantes, sin ideas. Son todos iguales, de un partido o de otro, tienen el poder, la fuerza y los medios de comunicación. Nos mandan que seamos dóciles, buenos y obedientes y, hoy más que nunca, necesitamos que baje un nuevo Moisés y que señale los nuevos becerros de oro. En esta sociedad triunfan los serviles y mentirosos. Todo cambia en 5 años, todo cambia más que antes en 50 años. Nos dicen: «El pueblo dice…, el pueblo quiere…». Pero ¿cuándo nos consultan? Y nos dicen: «Tenga usted ideales políticos, sociales o religiosos, que nosotros tenemos las ideas, el poder y la fuerza». Y así seguimos.
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