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Todos los días procuro pinchar sobre el diario francés 'Le monde', fácil encontrarlo ahora con solo teclear unas letras. En el pasado no era lo ... mismo. A Gijón llegaba (cuando llegaba) un solo ejemplar, al quiosco del paseo de Begoña. Emprendían una carrera mañanera Juan Cueto y Francisco Carantoña para ver cuál de los dos llegaba primero. A Carantoña le quedaba el quiosco cerca de casa, pero Cueto aceleraba en su velocípedo desde el Piles a través del Muro, y muchas veces era el que lo conseguía. Cuando esto ocurría nos enterábamos los lectores de EL COMERCIO porque Till, en la última página, le solía enviar un saludo con sabor a aceite de ricino al que él llamaba 'filósofo del Piles'.

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