Mundo de ayer
Este lodo de ahora, este fango, ya comenzó a formarse hace mucho tiempo, cuando los indocumentados se empeñaron en enterrar la verdadera cultura y la sustituyeron por la ocurrencia y la conveniencia política
Hace algunos años tuve un pequeño rifirrafe con un ciudadano del concejo de Aller, de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme. Un grupo ... de concejales propuso dedicarle una calle a José Suárez, que ejerció de alcalde, pero no por el hecho de haber sido político, sino un famoso actor. Un actor mediocre, hay que reconocerlo, pero en el municipio no se había asentado otro mejor, que yo sepa. Además había protagonizado 'Calle Mayor', obra maestra que figura entre las mejores películas del cine español. Pero llegaron los de siempre y actuaron como de costumbre, sacando a colación sus andanzas en el pasado.
José Suárez había formado parte de la División Azul, al igual que García Berlanga, Álvaro de la Iglesia, Dionisio Ridruejo y otros intelectuales y artistas que les tocó vivir en aquellos tiempos revueltos. De poco sirvió añadir que José Suárez trabajó a las órdenes de directores comunistas, como Francesco Rossi, Juan Antonio Bardem o Tonino Valeri.
Nuestro paisano, nacido en Trubia, también fue gran amigo de Francisco Rabal, y éste reconoció en sus escritos y entrevistas que José Suárez lo había librado de varios apuros. No precisamente políticos, sino a causa de algunas golferías del murciano. Por aquel entonces Rabal había hecho carrera en el teatro con la obra 'Diario íntimo de la tía Angélica', de José María Pemán, y en el cine su gran lanzador, como de tantos otros que más tarde desembocaron en la izquierda radical, fue José María Sáenz de Heredia, falangista y primo hermano de José Antonio Primo de Rivera. Paco Rabal protagonizó películas de este director, como 'Todo es posible en Granada', 'Historias de la radio' y otras varias. Digo, para concluir, que gobernando los populares y Vox en Murcia, a Paco Rabal no le han negado el reconocimiento –muy merecido– ni en Águilas ni en la capital murciana.
Después de la Transición, Francisco Rabal, al igual que Rafael Alberti, colaboraron en el diario 'Abc', lo cual era un signo de que podría desaparecer de una vez por todas el castigo de las dos Españas. Nada más lejos de la realidad. Este lodo de ahora, este fango, ya comenzó a formarse hace mucho tiempo cuando los indocumentados se empeñaron en enterrar la verdadera cultura y la sustituyeron por la ocurrencia y la conveniencia política.
Todo consistía en vivir de las subvenciones, y por eso se acariciaba al dador como quien ordeña a una vaca. Como consecuencia, las películas estrenadas eran y son mucho peores que las que se rodaron durante el franquismo; los teatros cambiaron los buenos textos por los que contenían insultos; la televisión que pagamos entre todos hizo desaparecer aquellas magníficas representaciones de Estudio 1.
Pero no solo eso, sino todos los programas culturales y de debate hechos por gente competente, como 'La clave' de José Luis Balbín, donde podían intervenir frente a frente Enrique Líster y Serrano Súñer, desaparecieron. Recuerden, los que las han visto, las magníficas entrevistas de Joaquín Soler Serrano. 115 grandes personajes desfilaron por aquel programa, 'A fondo', entre otros Severo Ochoa, Borges, Sophia Loren, Rossellini, Marcelo Mastroianni, García Márquez…
Ni siquiera consiguen ahora un entretenimiento decente, como los concursos dirigidos por Ibáñez Serrador, o los musicales presentados por José María Íñigo. Hoy día la televisión, tan vulgar y partidista, no es solo como decía Luis Buñuel un artilugio que embrutece y hace perder el tiempo, sino que está sirviendo en muchos casos para acelerar de nuevo el enfrentamiento de las dos Españas. Eso no es lo que esperaban los que dictaron la Constitución del 78.
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