El Papa Francisco, un hombre libre
José Antonio García Quintana
Martes, 22 de abril 2025, 02:00
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José Antonio García Quintana
Martes, 22 de abril 2025, 02:00
Será difícil abarcar en pocas líneas la rica personalidad de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. Como a todos los mortales, una vez que pase ... el tiempo y con cierta perspectiva, podremos ir siendo conscientes del enorme legado que nos ha dejado su vida y su pontificado.
Hay un aspecto que sobre todo me gustaría resaltar por encima de los detalles de su rica vida entregada a la Iglesia. Uno adivina que, ante todo, era un hombre libre.
Libre frente esa manía que tenemos de clasificar a las personas según lo que creemos que es su ideología política. Francisco fue acusado de ser un hombre 'de derechas' por el kirchnerismo y las izquierdas, también clericales, por su papel en los duros años de la dictadura argentina.
Su elección como obispo auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo II sacó a relucir a Bergoglio como un hombre que hacia visible ese ser 'obispo de todos'. En su pequeña habitación y despacho en un anexo de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, situada en uno de los laterales de la Plaza de Mayo recibía a políticos de uno y otro perfil, sindicalistas y empresarios, mujeres sencillas y humildes, madres de desaparecidos, jóvenes desorientados, universitarios, pobres y desempleados. Pronto se hizo famoso por ese perfil dialogante y acogedor, observador y estratega en sus calculados pasos buscando la ansiada paz social.
Libre también como Papa Francisco frente a las fuertes inercias que atenazan siempre a una gran institución divina, pero también humana que tiene el peligro de necrosarse y morir encerrada en sus miserias y pobrezas humanas. Por eso emprendió la ardua labor de ir reformando la Iglesia para que estuviera abierta a la escucha de lo que el Espíritu nos va diciendo a través de los signos de los tiempos.
Francisco fue un Papa del Vaticano II, que hizo suyas las directrices de una Iglesia en diálogo con el mundo y a la escucha de Dios que nos habla también a través de los acontecimientos históricos, de los hombres y mujeres, de las víctimas de la historia.
Para eso fue elegido y esa fue su misión en estos 12 años de pontificado. Desde sus primeros documentos, como la exhortación 'Evangelii Gaudium', las cuatro Cartas Encíclicas: 'Lumen Fidei', 'Laudato Si', 'Fratelli Tutti' y la última, 'Dilexit Nos', aparte de otras exhortaciones apostólicas, cartas apostólicas y otros escritos y documentos. Se va teniendo la impresión de un edificio perfectamente ensamblado que iba anunciando los pasos de esa reforma que ha emprendido y que culmina en esa Iglesia Sinodal (volvemos al Vaticano II).
Es, por lo tanto, un enorme legado de un hombre de oración y a la escucha del Espíritu. Un legado que solo ha comenzado y que nos deja a todos como tarea a continuar.
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