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Continúa la incertidumbre sobre el cero energético al que nos vimos sometidos. Ya saben, ese fatídico lunes 28 de abril donde nos quedamos sin electricidad ... en la península ibérica. El que todavía no haya una respuesta oficial a lo que pasó –tal parece que el Gobierno no tiene demasiada prisa– está dando pábulo a todo tipo de especulaciones. Es decir, que se elucubre el por qué en cuestión de segundos el país se quedó sin energía. Algo que está resultando fatal puesto que ya no hablamos de si la factura de luz es cara, sino si tendremos un suministro estable. Esto es, el mosqueo generalizado viene por si habrá otro apagón total o parcial de estas características. Es decir, si tendremos otro a nivel autonómico o local. De hecho, el sentir general es que nadie se fía de lo que nos dicen. Si antes considerábamos que este tipo de sucesos era propio de países más atrasados, ahora lo tenemos a la puerta de casa. Ojo, y en Asturias si cabe en mucha mayor medida.

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elcomercio El apagón asturiano