Retahilando a Martín Gaite
José María Caso
Domingo, 27 de abril 2025, 00:01
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José María Caso
Domingo, 27 de abril 2025, 00:01
La dramaturga vallisoletana Lucía Miranda consigue en la adaptación teatral de la novela 'Caperucita en Manhattan' (1985-1990) de Carmen Martín Gaite, que este viernes ... pasó por el Niemeyer de Avilés, aunar el gran talento de un estupendo equipo artístico y técnico para levantar el canto a la libertad individual y su defensa que define toda la vida y la obra de la excelsa literata salmantino-gallega, que este diciembre, el día de la Inmaculada, cumpliría sus primeros cien años. Y lo logra a través de la interlocución continua de los distintos elementos y signos de la obra y su actualización entre los que el público, convertido durante la representación en el auténtico barrio de Nueva York, ha de lavar, aclarar y centrifugar, ya que la acción se expande a la platea desde la lavandería de la escena, la realidad cambiante relatada a múltiples voces
Básicamente son tres los narradores que plantea Miranda para la Caperucita de Martín Gaite: la propia narradora, su alter-ego y la protagonista a las que habría que agregar a las intérpretes, además de la autora, la adaptadora y finalmente el lector, aquí espectador. Pero mejor no complicarlo tanto porque si a ellas es preciso añadir al resto del equipo artístico, el resultado sería una adición de signos y significados insultante. Y lo que aquí nos encontramos es con una magnífica directora, la propia Lucía Miranda, que teje desde la novela hasta la misma biografía de la autora esta Caperucita en Manhattan a la que se le puede reprochar precisamente eso mismo en la sucesión estupenda de las escenas que un lector avisado podría discutir como adecuadas a la representación imaginada. Por ejemplo, el tratamiento de la abuela o el de jefe de policía.
Nimio, baladí, nulo reproche sobre la escenografía de un Alesio Meloni sobresalientísimo en sus polivalencias pero no menos que el vestuario de Anna Tussell (me quedo con la capa de letras), las pelucas y utilería de Matías Zaotti, la iluminación de Pedro Yagüe o la música de Nacho Bilbao (prefiero la jota). De mano sabemos porque nos lo recuerdan que estamos expuestos a una Nubosidad variable en la que Lo raro es vivir en El cuarto de al lado o El balneario con La reina de las nieves. Y a ello nos convidan Mamen García (mi preferida), Miriam Montilla, Carmen Navarro, Mar Calvo y Marcel Mihok con su contrabajo: todos ellos actúan a un número con cuento de personajes, Retahílas de un repaso a Martín Gaite. Hoy y dentro de otros cien años, lo dicho, que Lo raro es vivir con Los parentescos y Entre visillos con Caperucita en Manhattan.
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