El 10 de febrero, siete asociaciones del este de la ciudad reclamaron su derecho a aportar ideas en el proyecto de la margen izquierda del ... Bulevar. Entre sus propuestas, eliminar puentes y crear pasos peatonales a nivel, un paso ciclopeatonal hasta la plaza de la Cruz Roja y el uso de la mediana para ganar espacio verde y mejorar la topografía. Estas ideas, ya planteadas por el grupo municipal socialista, mejorarían la conectividad entre los barrios y complementarían la intervención en la margen derecha, que, aunque convirtió la zona en un paseo peatonal, quedó lejos de los objetivos de Imagina un Bulevar. Este proyecto, financiado por los fondos Edusi, buscaba también una mejora medioambiental mediante la reducción del tráfico, pero en esto llegó Canteli y mandó parar, se perdieron fondos y persisten los problemas de contaminación. El sectarismo ideológico tiene consecuencias.
A pesar del valor de estas propuestas, Ignacio Cuesta limitó la participación a lo que él considera iniciativas planteadas con «buena fe, lealtad y responsabilidad». Entendemos que para evitar futuras controversias se volverán a emitir «certificados de buena conducta o adhesión al Movimiento». Todavía andarán los impresos por los archivos municipales.
Y hablando de «buena fe»; el convenio de La Vega establecía que el Ayuntamiento debía realizar estudios arqueológicos para garantizar la viabilidad patrimonial del plan de actuación. Para ello, se encargó al grupo Arqueos un informe que detallaba las acciones necesarias y delimitaba zonas según su «riesgo arqueológico». Su coste: 1.094.087 euros. Entendimos «de buena fe» que este sería el plan a seguir.
Más tarde, el PP decidió limitar los estudios sólo a las zonas donde se construirá el vial y el área recalificada para uso residencial. Esta interpretación cicatera del acuerdo cumple apenas con la obligación legal, sin atender al verdadero espíritu del convenio, que pretendía una investigación más profunda. Las fuentes documentales sugieren la posible existencia de restos del palacio de Alfonso II, un hallazgo que podría cambiar la historia de la ciudad y poner la La Vega en otra escala patrimonial. Aún con el recorte de la zona de estudio, exigimos «de buena fe» que se respetara la metodología propuesta por Arqueos, cuyo coste en ese ámbito reducido sería de 281.613,15 euros.
Pues bien, el 12 de febrero se anunció el inicio de los trabajos de desbroce y prospección arqueológica. Sin embargo, lo que podría haber sido una buena noticia se convirtió en una decepción cuando se informó que los estudios, mediante un contrato menor, costarán 40.000 euros. Sólo se utilizaría el georradar como herramienta prospectiva, ignorando las recomendaciones.
Un nuevo esperpento. La persona que encargó el estudio es la que ahora desoye sus conclusiones y se siente capaz de decidir cómo se tiene que hacer la prospección en un lugar crítico en la historia de nuestra ciudad. Afortunadamente, la zona del vial está dentro del entorno de protección BIC de la iglesia de Santullano por lo que esperamos «de buena fe» que finalmente se exija una prospección arqueológica rigurosa.
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