Inmortalidad
Jinping y Putin charlan de la posibilidad de prolongar sus vidas hasta los 150 años gracias a los modernos avances tecnológicos
Pasean por Pekín Vladimir Putin y Xi Jinping. Por oficio, ambos son aspirantes a la inmortalidad, que los altos gobernantes siempre ambicionan ser eternos. Mira ... Keops, el de la pirámide, o mira el del Valle de los Caídos. Entre sonrisas, Xi y Putin charlan de la posibilidad de prolongar sus vidas hasta los 150 años gracias a los modernos avances biotecnológicos. Y ambos, con gesto alegre y con la apariencia y experiencia de quien se ha metido botox, hialurónico, liftings y terapias génicas antiedad, revelan un apetito de eternizarse similar al que llevaba a los faraones a momificarse. Y para darles gusto, miles de científicos están estos días buscando las pastillas que provean de eternidad a tan ávidos consumidores.
Se ve que cuando la de la guadaña se aproxima, para no entrar en depresión pensando en la inutilidad de los esfuerzos vitales de tu pasado, buscas la inmortalidad sí o sí, y te pones a tratamiento para ralentizar el envejecimiento y borrar las lógicas arrugas engendradas tras una vida de trabajo. El asunto les viene muy bien a los laboratorios de farmacia, que aprovechan este aumento del ansia de inmortalidad para forrarse con las pastillas recetadas para colmar el deseo de retener la juventud. Lo cual ha creado una corriente universal que está implicando en su proceso a muchos seres humanos normales y corrientes, de segunda división para entendernos, que por seguir la moda, se gastan los euros en tratamientos de belleza y de salud. Se ve que desconfían de la vieja idea de irse 'post mortem' a gozar de las huríes en el paraíso, o al Edén con los angelitos, ese señuelo imaginativo, fabricado para animar a la tropa a aguantarse. Ya lo decía Einstein: «Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro». Por eso, a quienes sufren trastorno de personalidad no les sacia la tumba gloriosa, el monumento a lo Napoleón en Los Inválidos, el de Reyes Católicos en Granada, o el mausoleo del emperador chino Quin Shi Huang, con sus 8.000 figuras de terracota.
Aunque lo mejor sería que Xi y Putin se dieran a la práctica del 'Sokushinbutsu', un raro y fácil procedimiento ascético que perpetran los monjes budistas para ser eternos. Consiste en sentarse a solas, en postura de loto, como para meditar y, sin comer ni beber, esperar a que la muerte venga, haga su trabajo, te momifique, y así te inmortalice para alcanzar la eternidad a lo tonto, como un muñeco inerte. Es un método inmortalizador mejor que el de los 'Santos Enjoyados'. Pinchen en Internet ·'Santos Enjoyados. Véanlo, comprueben, comparen y valoren.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión