Camión, músculo español

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), al empezar el segundo semestre del pasado año había 150.000 puestos de trabajo sin ocupar en España. La gran mayoría en el sector servicios. En esa fecha el número de trabajadores en paro era de 2.755.000. Una contradicción difícil de digerir, si tenemos en cuenta que el desempleo es una de las principales preocupaciones de los españoles, así como objetivo prioritario de todos los políticos. El fenómeno de los puestos de trabajo vacíos va en aumento. En cinco años (2019-2024) ha crecido en un 44%, produciendo una merma del 0,55% en el PIB. Si nos retrotraemos a 2013, nos encontramos con que sólo había 61.000 puestos de trabajo sin ocupar. Como la media de puestos vacantes en los países de la Unión Europea triplica de largo la tasa española, toca constatar que estamos ante un problema muy grave.

El Ministerio de Transportes cuantifica en 30.000 los nuevos conductores de autobuses y camiones que se necesitarán los próximos años en España. En Asetra se dan cursos para obtener los permisos y certificados pertinentes que posibilitan mover la carga. España es una potencia en Europa, segundo país tras Polonia, en el transporte internacional de mercancías por carretera. Recuerdo que en 2018 o 2019 hubo un congreso o asamblea en Granada con el lema: 'El transporte español mueve Europa'. Para que la juventud se oriente hacia un oficio o profesión es esencial sentirse orgulloso de pertenecer al mismo. Hablamos de un trabajo cualificado, donde no cabe el amateurismo, por la seguridad del tráfico y el valor de la mercancía que se traslada. Entre camión y carga, pasan a nuestro lado más de 40 toneladas. Alguna vez he escrito que sin electricidad volveríamos a la Edad Media. Sin camiones, despertaríamos en el siglo XIX.