Reparto de culpas
En la Junta General del Principado, Adrián Barbón y Álvaro Queipo tuvieron un debate sobre el peaje del Huerna que se convirtió en un cruce ... de acusaciones sobre quién tiene la culpa de que se siga cobrando la tasa de la AP-66. Las descalificaciones de ambos convirtieron el debate de la Cámara autonómica en un remedo de las sesiones de control en el Congreso de los Diputados, aunque aún falta un elemento para asemejar ambas instituciones: en los plenos del Congreso de Diputados los miembros del Gobierno no contestan a las preguntas de la oposición; el guion parlamentario se ajusta a la pauta de '¿a dónde vas?', 'manzanas traigo'. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, está facultada para pedir al orador que se atenga a la cuestión, pero guarda silencio. En el Parlamento asturiano, aunque quedan cuestiones por contestar, o la respuesta solo trata tangencialmente el meollo del asunto, hay una relación de causalidad entre las intervenciones del Gobierno y la oposición. Todavía la vida parlamentaria regional no ha llegado a los niveles de degradación del Parlamento nacional. Lo digo por si sirve de consuelo.
Sobre el desatino del peaje ya se ha dicho casi todo, pero los dos principales líderes de la comunidad autónoma son capaces de disparatar cuando tocaba ser muy riguroso. Los errores o exageraciones parlamentarios perjudican a los asturianos en la pugna con el Gobierno central sobre la supresión de la tasa. Queipo, tras afear al presidente del Principado que no hubiera hecho nada por quitar el peaje, pese a contar con el consenso político, social y empresarial, emplazó a Barbón: 'si usted quiere quitar el peaje lo tiene muy sencillo, quítelo'. No hay que consultar ningún texto legal para saber que la aprobación y supresión de la tasa es una competencia del Gobierno de España. El Principado puede implorar o aborrecer la medida, pero carecen de competencia legal sobre ella.
Barbón acusó a Queipo de no asumir la responsabilidad de las decisiones que adoptó el Gobierno de Aznar. Queipo no tiene ninguna responsabilidad en el peaje, como él mismo dijo, en esa época, «empezaba la Secundaria (ESO)». Barbón le instó a pedir perdón. Ya lo exigió Calvo, luego la vicepresidenta Llamedo, y, ahora el presidente. Nadie puede pedir perdón sobre decisiones que no tomó ni actos que no cometió.
La culpa de la prórroga cae enteramente sobre el Gobierno de Aznar y, tras el dictamen de la Comisión Europea, si Asturias lucha contra el peaje ilegal es por culpa del Gobierno de Sánchez.
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