Hace ya dos largos años que Juana Mari cesó en su inmensa capacidad de relacionarse y comunicarse. Desgraciadas circunstancias provocaron que, sin que ella los ... quisiese ni lo mereciese, cejase en su intensa actividad social. Estos últimos años fueron para ella una pesadilla a pesar de que siempre contó con los cuidados y el cariño de sus hijos y de algunas otras personas muy próximas. Lamentablemente, esta mañana se cortaron definitivamente los vínculos que la mantenía presente para sus hijos, familiares y amigos más próximos.
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La suya fue una vida de constante entusiasmo por todo lo que le rodeaba. Fue siempre una persona vitamina, de esas que enriquece, facilita y mejora la vida de quienes están en su campo de acción. Siempre supo que hacer y como para que todos los que formaban parte de su vida estuvieran en perfecto estado de ánimo. Era inteligente y con sobrada empatía y habilidad para suavizar conflictos y aportar soluciones.
Nunca renunciaba ni desfallecía cuando tocaba apoyar e impulsar aquello en lo que creía y las causas en las que forjó su vida personal y su trayectoria pública. Formó junto a Manuel Ponga una pareja comprometida y luchadora en multitud de causas, dejando amplia huella en su barrio, el Pozón, pero también en proyectos como "Gijón una ciudad para todos" y por supuesto en su tarea como concejala de educación en al Ayuntamiento de Avilés o en su condición de diputada en la Junta General del Principado. Fue una socialista convencida y activa hasta cuando parecía que descansaba, porque Juana Mari nunca descansaba.
Su militancia política era intensa, y hasta cuando nos invitaba a disfrutar de sus maravillosos platos que con tanto cariño le gustaba cocinar para su familia y amigos, no cejaba en interesarse por todo y opinar, sobre todo. Siempre fue una mujer generosa, conciliadora, entusiasta de la vida, de la conversación y del disfrute entre sus amigos.
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Vivió toda su vida con mucha coherencia, disfrutando de todo y pendiente de todo. A Manolo Ponga, que fue su compañero de toda la vida, le escuché en alguna ocasión decir que lo mejor que le había pasado en la vida era Juana Mari.
Con la muerte ahora de Juana Mari, dos años y medio después de la de Ponga, casi podemos decir que se cierra toda una larga, intensa y fructífera etapa de la historia de los socialistas en Avilés. Ambos han sido protagonistas e impulsores de un proyecto político del que muchos avilesinos se pueden sentir orgullosos y desde luego todos los que hemos formado parte de su círculo más cercano.
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