Medidas

No creo que estas medidas sean positivas ni para España ni para quienes se ven obligadas a abandonar sus países de origen. Junts, cada día que pasa, da a conocer con mayor virulencia su xenofobia y el gobierno español acepta un chantaje que no se sabe cómo puede acabar.

Hace poco más de un año, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hizo pública una encuesta en la que señalaba que, en opinión de la mayoría de la sociedad española, el principal problema que teníamos en este país era la inmigración situándolo, aunque parezca increíble, por encima del acceso a la vivienda o el desempleo. En cualquier caso, medidas del tipo que se pretenden aprobar en el Parlamento ni son buenas para España ni lo son para los que vienen de fuera, a quienes retrata Rosa M. Velásquez «…lo recuerdo bien, eran las nueve de la mañana/ Dejé a mi madre en un mar de lágrimas y a mis dos hermanas/ Mientras salía de la casa una de ellas se colgó en mis brazos mientras mi corazón se quebraba en mil pedazos».

Esto es la inmigración y, que nadie se llame a engaño, no hay más.