Pura belleza. En lo musical, en lo visual. Hay planos que son apabullantes en lo plástico; la música es una maravilla de principio a fin ... y la historia es reveladora, inspiradora, liberadora. '¡Gloria!', la película de la italiana Margherita Vicario que ayer inauguró el FICX, es deliciosa. Lo es por razones múltiples. Porque nos hace viajar a un pasado poco conocido, el de las mujeres formadas como músicas en orfanatos venecianos cuyas obras quedaron silenciadas por la historia; porque lo narra con los trazos de un cuento clásico que solo puede tener un final feliz; porque es maravillosamente coral en su elenco de actrices que son también músicas, y también actores, que lejos de desmerecer sobresalen; porque compone una sinfonía que embelesa y se envuelve en una preciosa fotografía y en un retrato de época que es certero pero irreal al tiempo, que juega con lo histórico sin engañar. Ese siglo XIX se viste de la sororidad bautizada así en el siglo XXI y se mestiza en lo musical. Es una historia de mujeres, de músicas, y es un musical nada convencional y en esa manera de contar, cantar e interpretar está la llave del éxito.
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La compositora y directora italiana Margherita Vicario, que es también coguionista, consigue emocionar, conmover, contándonos a esas chicas que preparan en un mundo dominado por hombres un concierto con el que agasajar la visita del Papa. Y consigue hacer llegar ese mensaje de su ocultación, sacar a quienes inspiraron la cinta del olvido, de una manera feliz. Galatéa Bellugi, Carlotta Gamba, Veronica Lucchesi, Maria Vittoria Dallasta, Sara Mafodda y Paolo Rossi son parte destacada de ese reparto que obra el milagro del cine y la música.
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