Circo y verdad

Ya nada sorprende y la 'nueva normalidad' incluye vivir en una democracia parlamentaria en la que se ignora al parlamento porque el gobierno no tiene mayoría y en la que se recurren a trampas contables para aumentar el gasto en defensa porque el gobierno no tiene presupuestos. Gasto en defensa que, por muchos eufemismos con los que se quisiera disimular, ha resultado ser lo que es: balas y cañones que han puesto de morros a Yolanda Díaz, que anda un poco perdida mirando de reojo el retorno de Podemos, pero protesta bajito y cuida la coalición, porque en el gobierno se vive mejor.

Los paralelismos son obvios con la coalición que desgobierna Asturias y que pasa por su peor momento a raíz del accidente mortal en la mina de Cerredo. El cambio del socio minoritario, exigiendo primero transparencia para después plegarse a la sospechosa postura defensiva del PSOE, no ha pasado desapercibido, causando malestar y estupor en sus propias bases y en más de un cargo relevante. Muchos son los decepcionados, pero también muchos son los que dependen de que el gobierno no se rompa. Yolandismo puro y duro. Intentar descalificar la comisión de investigación llamándola 'circo', antes incluso de que se haya puesto en marcha, sólo es otro síntoma de nerviosismo de quien teme que todo salga a la luz. Veremos si en ella actúan malabaristas o contorsionistas, pero sobre todo esperamos que se conozca toda la verdad.

Según palabras de S. M. Felipe VI en la entrega del Cervantes, «vivimos días inciertos que piden claridad; días duros y para muchos, aciagos que demandan bondad; días de confusión que reclaman verdad».