Puedo prometer y prometo
Manuel Barba
Abogado
Miércoles, 30 de abril 2025, 00:05
Secciones
Servicios
Destacamos
Manuel Barba
Abogado
Miércoles, 30 de abril 2025, 00:05
La frase «puedo prometer y prometo», pronunciada por Adolfo Suárez, líder del partido político Unión de Centro Democrático (UCD), en la campaña electoral de 1977, ... es uno de los eslóganes políticos más efectivos de la historia española. Su impacto no solo radica en su simplicidad lingüística, sino en su perfecta adaptación al momento histórico: la frágil transición hacia la democracia. Suárez buscaba credibilidad en un entorno de desconfianza.
La frase tenía una estructura retórica impecable y su genialidad estaba en su doble garantía: «Puedo prometer» que demuestra capacidad (autoridad como líder) «y prometo», que afirmaba voluntad inquebrantable y una garantía (compromiso emocional).
Su fuerza radicaba en su sencillez y dualidad: «Puedo» (capacidad) + «prometo» (voluntad irrevocable). Fue parte de un discurso meditado para transmitir credibilidad, ejemplo de palabra empeñada.
En este discurso hizo a los ciudadanos españoles una serie de promesas concretas dirigidas a consolidar la democracia y garantizar derechos fundamentales: someter el poder del Estado a los derechos ciudadanos «Haré que los poderes del Estado estén al servicio de los derechos fundamentales de la persona y no al revés»; evitar el abuso de poder «Haré cuanto de mí dependa para que nadie utilice el poder para dominar a los demás»; lograr una democracia plena, homologable con Europa y normalizar el país tras décadas de aislamiento internacional «Intentaré lograr para España una democracia como la que otros pueblos de Europa tienen»; la defensa de la reconciliación nacional la cual, aunque no estaba en una frase exacta, el discurso completo enfatizaba la unión de los españoles tras la división de la Guerra Civil y, por último garantizar unas elecciones libres y el pluralismo político.
El éxito de «puedo prometer y prometo» fue que, pese a las dificultades, Suárez cumplió la promesa principal: convertir España en una democracia.
Recuerde estimado lector que a día de hoy el mayor adversario de España y de los que creen en su historia, en sus tradiciones y costumbres, que siempre son una regla no escrita aceptada y heredada voluntariamente, en sus símbolos, en su Constitución y en la Monarquía como sistema parlamentario, en definitiva en esa Democracia que tanto nos costó alcanzar, es Pedro Sánchez Castejón y sus cómplices por omisión organizados en ramificaciones autonómicas y locales con sus recientemente designados nuevos voceros sanchistas que andan genuflexos a lo que mande el gran hacedor de sus vidas y poltronas. Junto a ellos los enemigos locales de siempre, nacionalistas vascos y catalanes.
Es necesaria una alternativa política, no una mera alternancia, una alternativa que nos haga creer de nuevo en el valor de la palabra, que revierta la perversión del lenguaje, que recupere la cohesión emocional y territorial entre españoles, de la unidad de la nación española, y de aquellos principios que nos dieron el éxito económico y social que hicieron grande a nuestra nación. Hablo de las ideas básicas de la libertad, el derecho a la vida, la propiedad privada, del valor del esfuerzo, del mérito y la capacidad, de un sistema educativo eficiente, de una justicia independiente, de la neutralidad de nuestras instituciones, la vuelta al sentido común, de la importancia de proteger nuestras fronteras, de recuperar nuestra soberanía y de preservar nuestra identidad, entre otras muchas cosas que debería de encarnar la esperanza positiva e ilusionante del cambio.
El ciudadano vota en España por emociones. La gente quizá no piensa a lo grande por sí misma pero se emociona con quienes lo hacen. Ahí lo dejo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.