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El sábado –mientras se llevaba a cabo el concurso de Eurovisión que, siendo europeo de nombre, deja de serlo cuando se autoriza a participar a ... Israel, estado no europeo y que además incumple de forma terrible con los principios humanitarios básicos que, teóricamente, Europa defiende–, en los informativos de las mismas televisiones se proyectaban las imágenes terribles de los bombardeos diarios a la población civil de Gaza.
La nueva fase de matanzas viene acompañada de un asedio que dura ya dos meses y medio, durante los cuales el Ejército israelí ha impedido –e impide– la entrada de productos básicos, alimentos, agua potable, medicinas... Palestinos llegados de Gaza nos cuentan las inhumanas condiciones de familias que se alimentan con comida para gatos, con pan duro o con hierbas; decenas de niños y niñas han muerto ya a causa de ello, mientras los bombardeos continúan. Solo en veinticuatro horas las fuerzas israelíes mataron a más de doscientas personas en una de las semanas más sangrientas de esta ofensiva que comenzó hace ya más de un año y medio.
Eurovisión se ha celebrado mientras el Gobierno de Netanyahu anuncia la ocupación permanente de más territorio de la Franja y despliega su nueva operación de exterminio en Gaza, bautizada como 'Carros de Gedeón'. Israel escoge pasajes primitivos de la Biblia para justificar sus desafueros, en el mismo sentido que en el que Josué describe la destrucción de las ciudades enemigas aniquilando todo ser vivo, desde lo humano hasta las hierbas.
El estado de Israel ha movilizado sus inmensos medios para conseguir dominar la organización del Festival de Eurovisión como medio para limpiar su imagen, profundamente deteriorada por su política colonial y racista. La organización del festival, con enorme apoyo económico de Israel, ha establecido un sistema de votación por televisión, muy favorable a los medios que despliega Israel. Desde 2024, cada persona puede emitir de una vez un total de 20 votos por terminal móvil (o tarjeta de crédito), desde el mismo inicio de la gala final. De este modo, cualquiera que quiera apoyar a un país ni tiene que esperar al final de las actuaciones, ni está tan limitado como antaño. Tampoco, ni siquiera, ver la gala. Le basta con hacerse con unas cuantas tarjetas y lanzar votos de veinte en veinte. Con ese fin Netanyahu ha destinado una enorme cantidad de dinero para la compra de los votos televisivos. Además, Israel movilizó a todas sus embajadas para conseguir el triunfo en Eurovisión, un escaparate que llega a varios millones de personas.
Mientras día a día se bombardeaba Gaza, el estado hebreo campa una vez más a sus anchas por el mayor escaparate televisivo (y musical) del continente. La organización del festival (la UER) está dominada por las organizaciones del estado de Israel para limpiar su imagen, imponiendo una ley del silencio entre los artistas, censurando la crítica en directo y hasta amenazando a Televisión Española por mencionar la masacre de Gaza en las retransmisiones; ese mismo día sumaban más de 200 muertos. Un locutor de Televisión Española, en el contexto de la valoración del festival, incluía esta información: «Este año, RTVE ha solicitado a Eurovisión un debate sobre la participación de Israel en el festival. Las víctimas de los ataques israelíes en Gaza superan ya las 50.000, entre ellas, más de 15.000 niños y niñas, según Naciones Unidas». Ese sábado por la noche RTVE mostró un escrito en pantalla, antes del inicio de la emisión del concurso europeo: «Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina».
Ese día cientos de miles de personas se manifestaban en muchas ciudades; aquí en Gijón ese sábado y a la hora de Eurovisión nos concentrábamos para pedir el cese del exterminio de Gaza, y medidas de presión contra la presencia israelí en instituciones europeas.
A Rusia, por la invasión de Ucrania se la ha sancionado de muchas maneras que no solo perjudican a los ciudadanos rusos, sino que tienen repercusiones económicas y sociales para los europeos. Rusia es un país europeo, pero se le excluye de las competiciones deportivas, de Eurovisión, y se declara criminal de guerra a Putin. ¿Por qué no a Netanyahu, y se toman las mismas medidas frente a una ocupación de más de 70 años de Palestina por Israel?
Muy al contrario, durante todas esas décadas, durante todos estos años, la Unión Europea ha ido estrechando sus relaciones con Israel con acuerdos y alianzas preferenciales, hasta el punto de que este país es integrante de Eurovisión y de la UEFA, a pesar de que no forma parte del territorio europeo y de que aplica apartheid y limpieza étnica contra la población palestina.
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