Las pizzas de Llanes

No es una buena imagen que no haya 100 euros para pagar unas raciones de pizza en un viaje del filial. Sin embargo, el primer equipo se desplaza con más de 40 expedicionarios, algunos de turismo. Cuando no hay dinero es innecesario convocar 23 jugadores para jugar 16 como máximo, sobre todo fuera. Alguno es muy difícil que juegue. Kembo ni lo hace en el Sporting Atlético, ni cuenta para Albés. Tuvo premio en la Copa. El chaval es reacio a jugar abajo. Mbemba debería estar en activo en el filial habitualmente, no sólo cuando sea posible por el horario. Son situaciones incoherentes.

Gerardo y Villaseñor, los encargados de fichar, van a todos los partidos. Sería lógico que siguieran a jugadores interesantes de otros equipos, sin tener que fiarse luego de intermediarios amigos, vídeos o de lo que endosen desde la otra parte del charco.

Odin Vite, jefe de los servicios médicos, titulado en México, todavía no tiene homologada su licenciatura en España tras 30 meses de residente en Mareo. Su categoría aquí es similar a la de un curandero. No pierde viaje, aunque no puede firmar ni una receta. Con el fútbol moderno se desplazan media docena de auxiliares, más un cuerpo médico abundante. El derroche es para el primer equipo, pero para el resto se limitan hasta las pizzas de Llanes.

En el Sporting Atlético hay otros trasfondos. En el vestuario tuvo repercusión el anticipo de vacaciones a dos jugadores mexicanos, que fueron baja ante el Urraca. En el caso de Joshua Mancha hay tensión. El jugador se enfrentó al entrenador tras el partido de Ceares porque le expuso dos errores que costaron el empate. Antes de viajar a su país, en sus redes puso un mensaje de despedida que deja una incógnita sobre su regreso. Si no vuelve no se pierde nada.

El señor Irarragorri se sorprendió porque en sus 19 años en el fútbol nunca vio un caso como el que vinculó a Pedro en el traspaso de Campuzano. Pues desde que se inauguró Mareo, hace casi 47 años, nunca faltó dinero para unas pizzas en un viaje de un filial. En todo caso, las pagaba un directivo o el delegado. O el Garro de turno, si viajaba. Tómenlo con humor, que estamos en fiestas.