Permitanme una licencia con tintes cinematográrficos que alude directamente a la historia de nuestro Real Oviedo. vuelve al Cardas.
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Operación El Origen: Diario del Mayor ( ... Fragmento Final)
Campaña: Fusión de clubes ovetenses
Objetivo: Registro y verificación de la fundación del Real Oviedo
Fecha de Desembarco (Local): 18 de marzo de 1926, Oviedo, Asturias, España.
Piloto: Basiliscus (Clave: O-1926-Beta)
04.30 horas (18-03-1926). Hora Zulu. Desembarco y Calibración.
El salto ha sido limpio. Sin turbulencias significativas. El módulo está asegurado. Llegué a la ciudad ocho días antes del evento clave para la fase de inteligencia. He adoptado la vestimenta de la época: traje de lana gris, zapatos de cuero pesado y, crucialmente, la imprescindible gorra gatsby. Misión «El Origen» activa: confirmar las claves de la fundación de la Sociedad Deportiva Real Oviedo Foot-ball Club.
11 h.. (20-03-1926) Hora Local. Encuentro con el Objetivo.
Las tertulias y los cafés no hablan de otra cosa: la fusión. Y un nombre resuena con fuerza como la cabeza visible del nuevo proyecto: el sportsman Carlos Tartiere de las Alas Pumariño. Consigo localizarlo en pleno Paseo del Bombe. Le saludo cortésmente, haciéndome pasar por un periodista de prensa foránea. Le pregunto directamente por las habladurías que lo sitúan como el futuro presidente.
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Su respuesta, medida y profunda, es clave para entender la seriedad del proceso. Mi registrador de voz (Equipo Nivel II) la capturó íntegramente:
«No sé nada. Sigo considerando la unión como el fin del problema que ha estancado la vida deportiva en Oviedo. Por el bien de Oviedo, por la prosperidad de mi querido Oviedo, sería capaz de todos los sacrificios que hicieran falta. Como particular estoy por completo a disposición de la nueva sociedad… También como socio. Y si se creyera que mi concurso como uno de los miembros de la directiva sería útil, no habrían de tildarme de retraído, sabría sacrificarme... Repito que si se me necesita, sí. Pero yo no podría precipitarme a aceptar nada, sin antes cerciorarme plenamente, satisfactoriamente, de que se trata de una cosa seria, definitiva; y sin saber también con quienes habría de colaborar. Esto es tan importante como el interés con que se persigue. Oviedo no puede dar la campanada para salir mañana proclamando su impotencia. Usted comprenderá que quiera toda clase de garantías... Para mí Oviedo está antes que todas las cosas, y mi placer sería grande si pudiera ser el primer ovetense...»
Un sacrificio retórico. Un hombre dispuesto a liderar si el proyecto garantiza la estabilidad. El proyecto tiene ya su general.
09:00. 26/03/1926. Hora Local. Muestreo Sociológico Final
Seis días después, la tensión alcanza el clímax. El itinerario me lleva al antiguo llagar Gayola en la carretera de Fozaneldi. El ambiente es denso: acaba de abrirse una pipa de sidra, que degustan con taquinos. Son las almas del Real Stadium Club Ovetense. Los obreros de la Fábrica de La Vega, furiosos, ven la fusión como una claudicación, un despojo de su identidad popular. «¡Traición! ¡El Stadium es nuestro!», masculla uno. El orgullo de clase es innegociable.
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En contraste, el centro (en la Peluquería Escotet y el Café Español) vive la resignación del Real Club Deportivo de Oviedo. Su club ha tocado fondo: quedó la linterna roja y descendió. Para ellos, la fusión es una necesidad vital. El desastre deportivo justifica la unión sin reservas.
19 h. (26-03-1926). Hora Local. La Firma
La convergencia de estas dos narrativas concluye a las siete de la tarde. El lugar es un detalle que lo dice todo: la firma tiene lugar en la sede de La Voz de Asturias (calle Gil de Jaz, n.º 3), en el despacho de su director, en un edificio y periodico propiedad de la influyente familia Tartiere.
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Los representantes de ambos clubes firman. El documento fundacional es legalmente vinculante. La nueva entidad vestirá de azul y blanco, adoptando la Cruz de los Ángeles como pilar fundamental del escudo. El nacimiento es sellado con la elección de Carlos Tartiere de las Alas Pumariño como Presidente, honrando su «sacrificio».
Mi registrador óptico (Equipo Nivel III) capta el momento exacto. Dos entidades mueren. Una nueva institución, destinada a encapsular todas estas pasiones y frustraciones, ha nacido. Un club que unirá bajo el color azul las manos encallecidas de Fozaneldi y el pulso empresarial del centro. La Sociedad Deportiva Real Oviedo Foot-ball Club es, a partir de hoy, 26 de marzo de 1926, una realidad inmutable.
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