Entender el fuego
Escuchar a Noemí Pinilla es un bálsamo, un tablón de esperanza flotando en medio de tanta agua sucia. Oirle decir que la «curiosidad es un ... impulso inagotable», que «una pregunta sin resolver te lleva a cualquier parte», que todo empezó «no cuando encendimos el fuego, sino cuando lo entendimos» reconcilia con un mundo de mal en peor, aunque hoy podamos celebrar (puede que no sea la palabra) el principio del fin de la injusta matanza de Gaza, porque las matanzas de inocentes siempre lo son mientras nos líamos con si es o no genocidio. Ese conocimiento que transforma, del que hablaba Noemí Pinilla el miércoles sobre el escenario del Jovellanos justo después de recoger el Premio EL COMERCIO de Ciencia de este año, es justo lo contrario a tanta barbarie. Sostiene Pinilla, astrofísica, doctora en Ciencias del Cosmos, investigadora de la Nasa de vuelta en la Universidad de Oviedo, que invertir en conocimiento «no es un lujo sino una inversión esencial», esa que necesitamos para avanzar como sociedad, y que ese conocimiento «se cocina a fuego lento» y no a golpe de tuit, ni de ocurrencia, ni de 'frases de taza', que diría el inconmesurable Luis Zahera en su papel de veterinario cínico y filósofo en 'Animal', una serie que hay que ver, por cierto. Me quedo con Noemí Pinilla y con las millones de 'noemíspininillas' del mundo. Puede que todavía haya esperanza. A lo mejor me hago una taza y todo.
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