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El calor no es bueno para la salud, lo sabe cualquier madrileño que haya echado a correr A-6 para arriba en busca de paz ... y un poco de fresco. Por eso la alcaldesa y la presidenta del Puerto deberían habérselo pensado. La reunión de ayer, mejor para otro día. Decidir no se iba a decidir nada igual, pero al menos no quedaba la cosa como al principio, solo que peor. Tanto entendimiento y tanto 'fair play' para volver a la casilla de salida. El Ayuntamiento no se mueve, y hace muy bien, en algo tan sencillo como que se respete una firma oficial, con todo un secretario de Estado y hasta 60 personas más como testigos, porque la cosa no fue debajo de un puente sino en el salón de recepciones de la Casa Consistorial con Jovellanos mirando desde el cuadro (copiado) de Goya. El Puerto primero firmó, luego desfirmó, después cambió a cesión de uso y no de suelo y más tarde a que si entro en el plan especial. Todo ok si no fuera porque no se puede firmar y luego desfirmar y, a partir de ahí, cualquier solución posible queda invalidada. La maniobra pudiera parecer posible al principio, pero, llegados a este punto, lo mejor va a ser convocar a los prácticos para que ayuden a recular el buque, que va camino de hacerse trasatlántico sin necesidad. De momento, el único puerto al que tiene pinta de llegar la famosa franja de Naval Azul se llama juzgado. Y entonces alguien habrá creado un problema donde no lo había y tendrá que explicar por qué.
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