El cuento de la buena pipa
Me caía bien mi abuelo, que ya no está en este mundo desde hace un cuarto de siglo. Era el típico paisano simpático, siempre de ... broma, tan ágil de piernas como de mente. Siempre tenía algún chascarrillo, como cuando me decía que nos íbamos a algún sitio lejano 'en el tren de las dos' –a pie, vamos–, o cuando contestaba aquello de 'Muy bien, con Okal' cuando le preguntaba qué tal. Fue él quien me enseñó, entre otras muchas, dos cosas que nunca se me olvidaron: a jugar al ajedrez, en un pequeño tablero de madera que aún anda por casa, y 'El cuento de la buena pipa'. Pues bien, me imagino a los vecinos de la zona Oeste de Gijón atendiendo atónitos a lo largo de los años a las explicaciones de alcaldes, concejales, consejeros, ministros, directores generales, y técnicos varios todos ellos hablándoles de licitaciones, adjudicaciones, aplazamientos, proyectos, alternativas, presupuestos y problemas geológicos varios. Y ellos otra vez diciendo eso de 'Yo no digo que si por Aboño o por Jove, si soterrado o en superficie. Yo lo que digo es que los camiones siguen pasando por nuestras calles, contaminando el aire que respiramos'. Ya, les contestan ahora, pero es que el dinero que dejamos de gastar en el proyecto del vial de Jove que nos prometieron a cambio de aplazar el proyecto del Metrotrén y la estación intermodal lo podemos destinar ahora a la alternativa por Aboño, aunque no será ahora todavía, sino un poco más tarde. Y ante ello, contestarán los vecinos, 'Yo no digo ni que el dinero que dejamos de gastar en el proyecto del vial de Jove que nos prometieron a cambio de aplazar el proyecto del Metrotrén y la estación intermodal lo podemos destinar ahora a la alternativa por Aboño, aunque no será ahora todavía, sino un poco más tarde ni que no. Yo lo que digo es que los camiones siguen pasando por nuestras calles, contaminando el aire que respiramos'. No sé a ustedes, pero es que a mí ya, cada cosa que cuentan, me suena a lo mismo. Y aquí seguimos. ¿Y qué podemos hacer? ¿Dejar de contarlo? Pues no, porque si lo hacemos, habrán ganado ellos. Habremos perdido nosotros.
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