Vía de la Plata
Milio´l del Nido
Miércoles, 22 de octubre 2025, 02:00
Desde tiempos inmemoriales, la Vía de La Plata une por el oeste, el norte con el sur de la Península y pese al paso de ... los siglos, esa vía sigue siendo útil, con los cambios y adaptaciones que exigen los diferentes medios de transporte que ahora manejamos.
Surgen a veces voces polémicas sobre el comienzo y el fin de su trazado y los puristas defienden que, únicamente, se debe llamar Ruta de la Plata al tramo que va desde Mérida a Astorga, pues es el que se conserva en la documentación romana y en los restos arqueológicos.
A mí lo de circunscribir el trazado de la Vía de La Plata al trayecto Mérida-Astorga, me parece una opinión adanista, pues es como pensar que los romanos hubieran inventado los viajes para el movimiento de sus legiones y tengo la impresión de que el imperio se limitó a aprovechar los antiguos caminos que la trashumancia había marcado desde tiempos muy anteriores. Caminos que siguen utilizando hoy en día los rebaños de merinas, que aprovechan en el verano los pastos altos de la cordillera, bajando en el invierno a las dehesas frescas de la Extremadura.
Por la prolongación asturiana de la Vía penetró en el siglo VIII el Emir Hishan I de Córdoba, que tomó Oviedo, siendo durante la retirada victoriosa, derrotado y diezmado por Alfonso II en la batalla de Lutos. En plena Vía.
La ruta sigue articulando el territorio como lo viene haciendo desde siempre y merece la pena recorrerla, porque en su discurrir encontramos auténticas bellezas, naturales y de creación humana, con multitud de lugares que bien justifican la visita, su trazado es cómodo, no tiene un tráfico exagerado y en estos tiempos de masificación conserva el pulso que hace agradable la vida.
Merece ser conocida.
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