Un modelo energético sólido

Industrias y hogares sufren los desorbitados precios de la energía fruto de un sistema vulnerable

Domingo, 3 de octubre 2021, 01:44

La fase alcista en que se encuentra el precio de la electricidad en el mercado mayorista obliga a las industrias altamente intensivas en consumo energético ... a adaptar la producción a la franja horaria en que el coste del suministro tiene un precio más bajo. Es el caso de Asturiana de Zinc (AZSA), una factoría que consume dos millones de megavatio-hora (MWh), y cuyo coste energético triplica al de la mano de obra y alcanza el 70% del coste global de producción. La empresa ha informado a los sindicatos sobre la necesidad de reducir la actividad. En lo que va de ejercicio, la factura eléctrica ya supera en 50 millones de euros al gasto energético de todo el año pasado. La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege) cifra en un 272% el incremento del coste eléctrico en relación al mes de septiembre de 2020. Prevén que a final de año el precio se situará en España, de media, en 116,4 euros el MWh, más del doble que en Francia y un 69% más que en Alemania.

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El vicepresidente, Juan Cofiño, se refirió a la escalada del precio de la luz, señalando que no es exclusiva de Asturias ni de España y que afecta a toda Europa. Pidió a las empresas que no tomen decisiones de carácter estratégico en función de una coyuntura concreta. Señaló que las soluciones vendrán de Bruselas, ya que la Unión Europea pondrá el asunto «en el centro de sus reflexiones». Es cierto que las razones de fondo que impulsan el proceso alcista acontecen fuera de España. Una de las causas, el precio de los derechos de emisión de CO2, se gestiona desde las instituciones europeas, restringiendo la oferta para desincentivar el consumo de los combustibles fósiles, y la otra causa, el precio del gas, está en alza por el fuerte incremento de la demanda china debido a los graves problemas de abastecimiento que padece, las tensiones geopolíticas (Rusia-Ucrania), y la especulación con los stock. No obstante, en el caso de España, la crisis se agudiza por las medidas tomadas sobre el mix energético, al haber reducido al mínimo las centrales térmicas de carbón, dejando como única energía de refuerzo las centrales de ciclo combinado de gas. En el momento en que escasean las horas de viento y de sol (las energías eólica y fotovoltaica son las dos principales energías renovables) el único recurso es el gas. La energía nuclear juega otro papel, como energía de base en el mix, no estando afectada por las oscilaciones de la demanda o las condiciones meteorológicas. El compromiso de reducir, para el año 2030, el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero (tomando como referencia las emisiones de 1990) ha hecho más vulnerable el sistema eléctrico español. Las primas de las renovables hacen que se pague a 56 euros el MWh en el recibo de la luz. La dependencia del gas crea un futuro incierto, como ya comprobamos durante el temporal Filomena, cuando los buques metaneros, en plena ruta, cambiaban de destino para irse a Asia. Lo más preocupante es la decisión de Argelia de interrumpir el suministro de gas al Magreb, que afecta directamente a España. En medio de este panorama la medida del Gobierno, tomada en junio con los 10,6 millones de hogares (240.000 asturianos) acogidos al sistema de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), ha fracasado y ahora se anuncia un nuevo sistema para desvincular los vaivenes del mercado mayorista del consumo doméstico. Si las oscilaciones en el mercado mayorista se prolongan en el tiempo, todo el consumo eléctrico quedará afectado. Tampoco ayuda el recorte de 2.600 millones de euros en la remuneración de las energías hidráulica y nuclear, cambiando las normas fiscales y regulatorias en medio del partido, y provocando una descapitalización bursátil de 25.000 millones en operadores eléctricos y del 30% en empresas eólicas. Con parches solo se hace más volátil el mercado. Hay que dotarse de un sistema eléctrico con consecuencias más predecibles, negociado con el operador del mercado eléctrico (OMEL), Red Eléctrica Española y el sector empresarial, dejando a un lado los prejuicios.

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