Delirios de Primera
Ahora que, tras su ascenso a Primera, miramos a nuestros vecinos capitalinos con envidia (de la mala, que la sana no existe o, como mucho, ... se llama admiración), igual es la única oportunidad al año que tenemos de acordarnos de aquel proyecto faraónico que iba a dejar El Molinón de un modo que no lo iba a conocer ni la madre que lo parió. Una brutalidad de gasto que, por increíble que parezca, no venía causado por un exceso de euforia del que hace que Alfredo Canteli, siempre chispilla, proponga cambiar la plaza de América por 'Plaza Santi Cazorla', ni por lo que quiera que haya tomado Colombatto para estar a las ocho de la mañana metido en la fuente de la plaza de Castilla. Aquí, en esta villa marinera, nos vinimos arriba sin excitantes: 300 millones costaba la obra y venía asociada con otras ocurrencias no menos descacharrantes como erigir por fin el hotel de cinco estrellas de la Laboral. Y no traía la estación del metrotrén bajo la tribuna del estadio porque si algo ha quedado demostrado es que en el grupo Orlegi, de conocimientos de Gijón, van justitos que si no, la habrían incluido. Y una autopista directa a la grada, qué demonios.
De todo aquello no sabemos nada. Ni siquiera, del proyecto reducido edición de bolsillo que salió después por mucho menos dinero. Hay que reconocer que los mexicanos sí que han entendido esa parte de la 'Filosofía Gijón': obras que se proyectan pero que nunca se llevan acabo. Tal vez en un futuro haya algo que nos devuelva la euforia pero, para eso, hay que
esperar mínimo un año y, sobre todo, hacer las cosas bien. Mientras tanto, a dejar que la
envidia nos corroa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.