El 'necrolike'
El muerto como accesorio está al orden del día. Como acompañante silente de un vivo que, en cuanto se entera de la defunción, corre a buscar esa foto que un día se hizo con él. Empiezo a pensar que hay algunas instantáneas que ya solo se hacen por si acaso
Vivimos en un constante enseñar. Ya no sirve solo con hacer algo, hay que decirle al mundo que lo has hecho o que lo estás ... haciendo. Realmente, hay quien siempre está en ello. Nunca lo termina y no se sabe si es porque lo emprendido es de tales dimensiones que no tiene fin y quién sabe si lo tendrá alguna vez; o porque es uno que presume de algo que no hace. Un vende húmos, vaya.
Publicidad
Y es que presumir queda bien en cualquier parte. En una red social y en la vida, que para muchos, son lo mismo. ¿Por qué? Porque da la felicidad.
Felices de cacarear sobre un millón de cosas que, en rigor, no hacemos, ni pensamos, ni tenemos y, muchas veces, ni queremos. Cosas que incluyen personas porque hace tiempo que hemos decidido -hablo en plural porque con independencia del comportamiento personal, creo que es algo social y por lo tanto de todos; es decir, del 'nosotros'- que las personas también se coleccionan, vivas o muertas.
El muerto como accesorio está al orden del día. Sirve, como si fuera un bolso, un libro, un viaje, un bocata, un peinado de moda o el último 'hit' de no sé quién, para ganar seguidores, 'likes', visibilidad y reconocimiento, máxime si el fallecido es famoso. Como acompañante silente de un vivo que, en cuanto se entera de la defunción, corre a buscar esa foto que un día se hizo con él. Empiezo a pensar que hay algunas instantáneas que ya solo se hacen por si acaso. A ver si tal o cual se van a morir y yo sin foto. Qué desgracia. Necesito esa foto para luego subirla a las redes con una frase sacada de un libro de autoayuda y que todos se apiaden de mí.
Y no hablo de fotos de homenaje o de admiración real. No. Sobre esas no tengo nada que decir. Hablo de esas otras imágenes. Ya saben a cuáles me refiero. Fotos cuyo único objetivo es un 'yo con muerto' que, además, solo duran un día, pues la pena mostrada se sustituye enseguida por un 'yo con mi nuevo ordenador', 'yo con mi sonrisa en la playa', 'yo aquí haciendo el pino'...
Publicidad
Es decir, hay que enseñar al mundo, a los demás, al algoritmo, que se conocía al muerto, aunque en realidad el muerto te importe muy poco. Entonces ocurre una cosa que no deja de sorprenderme. Los pésames. O sea, se muere un famoso, un tipo/a comparte una foto con el fallecido como accesorio y la gente empieza a darle el pésame. Pero vamos a ver. ¿Por qué? ¿Qué pésame ni que ocho cuartos? Que el muerto, para esa gente, es un simple complemento. Suena mal decir esto, lo sé, pero es que es la verdad. Y esto no es algo que vaya a ir a menos, me temo. La búsqueda de 'necrolikes', como yo los llamo, es un filón donde algunos consiguen una repercusión que, de otro modo, se les escaparía. Y cuanto más famoso sea el muerto, mejor, porque da más caché.
Les decía que lo de los pésames es algo que me deja sin palabras. Bien, otra cosa que también me deja ojiplática es colgar la foto de marras y etiquetar al muerto. A ver, que está muerto. No va a contestar. Ni él ni sus familiares que, a buen seguro, estarán a otras cosas que nada tienen que ver con el anhelo protagonista de algunos.
Publicidad
En fin que, hoy en día (y me temo que mañana también), todo se cuenta y todo se adorna. Todos somos grandes hacedores de cosas y todos tenemos uno o varios muertos que usar como accesorio.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión