Un desafío persistente que exige acción
las mujeres asumen mayoritariamente las responsabilidades del cuidado de hijos y mayores
Noelia Agüera
Viernes, 21 de febrero 2025, 01:00
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Noelia Agüera
Viernes, 21 de febrero 2025, 01:00
La brecha salarial entre mujeres y hombres es una realidad que persiste en Asturias, España y en todo el mundo. Esta brecha, que se define ... como la diferencia entre los ingresos medios de los hombres y las mujeres, es un reflejo de las desigualdades más profundas en el mercado laboral y en la sociedad en su conjunto.
La brecha salarial no es solo una cuestión de justicia, sino que también tiene un impacto negativo en la economía y en el bienestar de las mujeres y sus familias. Además, perpetúa estereotipos de género y limita el potencial de las mujeres para desarrollar sus carreras profesionales.En Asturias, la brecha salarial se sitúa en 19,55%, muy por encima de la media nacional que ha descendido hasta el 17,09%.
La brecha en Asturias se explica por diversos factores, como la segregación ocupacional, las mujeres se concentran en trabajos peor remunerados, la discriminación salarial directa, cobran menos que los hombres por el mismo trabajo, y las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, las mujeres asumen mayoritariamente las responsabilidades del cuidado de hijos y personas mayores, para ello, necesitan trabajar a tiempo parcial y , precisamente por ello, son castigadas con retribuciones inferiores.
El tiempo parcial penaliza doblemente. Por un lado, se percibe una retribución inferior por realizar una menor jornada. Pero, en segundo lugar, la retribución de las personas que trabajan a tiempo parcial no es totalmente proporcional al tiempo de trabajo, esto no solo penaliza a las mujeres durante su vida activa por los bajos ingresos, sino también tras la jubilación, convirtiéndose en un factor determinante de la brecha de pensiones.
Reducir la brecha salarial es un objetivo prioritario para Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de Asturias. Para lograrlo, es necesario adoptar un conjunto de medidas integrales que aborden las causas de la desigualdad salarial.
Reivindicamos el cumplimiento del articulo 28 del Estatuto de las Trabajadoras y Trabajadores, sobre trabajos de igual valor, que persigue corregir la infravaloración del trabajo de las mujeres, así como el traslado de las normas recogidas de los Reales Decretos de Igualdad Retributiva y de Planes de igualdad a todas las empresas.
Necesitamos planes de actuación de la Inspección de Trabajo en materia de igualdad retributiva entre hombres y mujeres, para que actúen de oficio en aquellas situaciones donde se infravalora el trabajo de las mujeres. Para ello son necesarios criterios claros sobre registros retributivos, valoración de puestos de trabajo y auditorias retributivas.
Para combatir la segregación ocupacional, es necesario fomentar la presencia de mujeres en sectores y profesiones tradicionalmente masculinizados, así como promover la valoración de los trabajos feminizados. Para ello, es importante impulsar programas de orientación profesional y formación para mujeres, así como eliminar estereotipos de género en la educación y en el mercado laboral.
Es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la igualdad salarial y combatir los estereotipos de género. Para ello, es importante realizar campañas de información y sensibilización, así como promover la investigación y la difusión de datos sobre la brecha salarial.
En conclusión, la brecha salarial es un fenómeno complejo que refleja no solo diferencias en la remuneración, sino también desigualdades estructurales en nuestra sociedad. Abordar este problema requiere un enfoque multifacético que incluya políticas públicas efectivas, promoción de la igualdad de género, y una mayor transparencia en las prácticas salariales. Es fundamental que tanto las empresas como los gobiernos se comprometan a implementar estrategias que no solo reduzcan la brecha salarial, sino que también fomenten un entorno laboral más justo e inclusivo. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad en la que todos tengan la misma oportunidad de prosperar, independientemente de su género, raza u otra característica personal. La equidad salarial no es solo una cuestión de justicia social, sino también una necesidad económica que beneficiará a toda la comunidad.
Juntos podemos construir una sociedad más justa e igualitaria, donde la brecha salarial sea cosa del pasado.
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