Normas para ser cumplidas
PLAZA MAYOR ·
Entró en vigor la prohibición de ir a más de 30 kilómetros por hora en las vías -no solo urbanas, también las de la zona ... rural- que solo tienen un carril de circulación en cada sentido. Y aunque, según cálculos publicados en este papel, la nueva norma afecta al noventa por ciento de las calles, plazas y carreteras del concejo, no hay noticia de que en Gijón se hayan producido suicidios colectivos de conductores traumatizados por la limitación implantada. En la misma línea de lo que los expertos han dado en llamar pacificación del tráfico, han entrado en funcionamiento dos nuevos radares fijos, uno en la avenida de El Llano y en la avenida del Jardín Botánico el otro, saludable medida de efectos disuasorios y, en su caso, recaudatorios con repercusión en el segmento social de los conductores asilvestrados.
Otro radar semejante hace falta en la calle de Anselmo Solar, que es de hecho una vía de enlace directo con la autovía del Cantábrico y por ello sufre un intenso tráfico de vehículos que en número abundante transitan a velocidades imprudentemente altas, según puede deducir cualquier observador, a cualquier hora, a simple vista. El uso leal del radar, con aviso previo de su existencia al conductor, para que nadie se llame a engaño, es un método práctico, limpio, sin desgaste personal, incontestable, de contribuir a contener los índices de siniestralidad. Y para el infractor, si se empeña en violar la regla, constituye una oportunidad de ayudar al equilibrio de las cuentas públicas. Las multas por exceso de velocidad, sobre todo en zona urbana, pueden considerarse inobjetables y celebrar que con ellas engorden las arcas municipales no tiene por qué convertirse en un cargo de conciencia. No es lo mismo aparcar en un paso para peatones que pasar como un cohete, a ochenta kilómetros por hora, desde Viñao a la plaza de toros.
Porque las normas están ahí, existen, para ser cumplidas. Por eso tiene sentido la petición de acotar los lugares ya habilitados en la villa para que la población canina ande suelta, sin correa que la ate. Es probable, sin embargo, que la petición, dada su procedencia del sector ciudadano de propietarios de perros y perras, necesite ser matizada desde la perspectiva del conjunto de la población: el acotamiento debe tener como resultado que los cánidos domésticos no se salgan sueltos de esos límites, como suele ocurrir, medida que no conlleva impedir el libre acceso de cualquier clase de bípedo implume, con o sin perro o perra, al espacio acotado, que es público.
También es público El Molinón, objeto de concesión gratuita al Real Sporting de Gijón, SAD, para jugar al fútbol. El estadio, sin embargo, lleva camino de convertirse en instalación multiusos, según cabe deducir del anuncio de la puesta en marcha de una 'escape room' y de una explotación hostelera, todo ello por obra del concesionario. Resulta chocante el silencio municipal -oposición incluida- ante iniciativas como las citadas cuyo encaje en el contrato de concesión no ha sido explicado, como si El Molinón fuera en la práctica una república independiente. Como el puerto. Y el Grupo Covadonga.
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