Las nueces

Ayer contestaba Robles en el Congreso por el asunto Pegasus. Respondía a Miriam Nogueras, a la que cuesta entender su español. Antes Rufián había interpelado a Sánchez, que le contestó llamándolo señor Abascal. Cuántas disculpas por un lapsus. Le llama hijo de puta y no da tantas. Uno de los 'highlights' de Rufián fue bautizar al PP como «un partido de centro, de centro penitenciario».

A propósito de esto y saltando a un día anterior y al Ayuntamiento de Madrid por lo de las mascarillas, Almeida recordó a Rita Maestre los imputados del Gobierno de Carmena frente a los del PP (ninguno en la etapa de Almeida). Y dijo que antes se iba él que sus colaboradoras (a las que se exigía la dimisión). Sánchez protegió a Robles, pero no escuchamos nada semejante. Ni creo que lo vayamos a escuchar.

Lo que Robles dijo a Nogueras (a la que recuerdo por un debate en TV3 donde hacía con la boca lo que hacen los camellos) se lo podía haber soltado a su archienemiga Belarra. Una es socia externa. Otra, interna. A ambas les canta sus 60. Y está bien. Pero Robles acepta estar en un Gobierno con ellos. En un Gobierno apoyado por esa gente (pese a rabietas ocasionales) que quiere sus nueces, nuestras nueces. La ministra de Defensa preguntó: «¿Qué tiene que hacer un Estado cuando alguien vulnera la Constitución?». Visto lo visto, encarcelar, juzgar e indultar. A veces se les revuelven, pero ahí está el Gobierno con esos elementos.