Números

PLAZA MAYOR ·

Divertia, esa máquina municipal de perder dinero, acaba de anunciar la apertura del plazo para solicitar la cesión de la plaza de toros de El ... Bibio durante 2021. A un lado los disparates de su contenido (dice que el coso, construido en 1888, es propiedad del Ayuntamiento desde 1851, cuando lo es desde 1951, y que fue rehabilitado en 1982, y en realidad la rehabilitación fue en 1998) lo más llamativo del anuncio es que confirma de hecho la eliminación del circo de la carretera de Villaviciosa del catálogo de abrevaderos de ingesta alcohólica masiva y similares disponibles en la villa.

Publicidad

También llaman la atención los precios por la cesión del edificio (9.257 plazas sentadas) en comparación con otras tarifas incluidas en el ámbito de las competencias municipales. Por 1.830 euros se puede disponer del coso durante cinco días. Una tarifa que no cuesta trabajo calificar de barata. Porque las hay mucho más caras. El Ayuntamiento, como socio mayoritario de la Empresa Mixta de Tráfico, cobra 0,9 euros por hora y coche por aparcar en la vía pública. Estacionar 45 coches cinco días en zona incluida en la ORA, durante las nueve horas hábiles a estos efectos en cada jornada, cuesta 1.822,5 euros, solo 7,5 euros menos que disponer de la plaza de toros los mismos cinco días. La diferencia está en que los coches, a 12 metros cuadrados cada uno, ocupan 542 metros cuadrados de vía pública y en el coso solo el ruedo, de 50 metros de diámetro, tiene una superficie de 1.963,5 metros cuadrados.

La situación resulta aún más sorprendente si se considera que dedicar la plaza de toros a lo que le es propio, los festejos taurinos, tiene otra tarifa: 50.000 euros anuales por 28 días de disponibilidad del coso, este año, del 27 de julio al 23 de agosto, de lo que resulta un precio de 1.785,71 euros al día. Se concluye, pues, que cinco días taurinos le cuestan al adjudicatario 8.928,55 euros, mientras que solo pagará 1.830 euros quien dedique los mismos días de la concesión a otra clase de actividades autorizadas, asimetría tarifaria que puede sentir como agravio quien esté incluido entre las víctimas de la ORA.

Hay otros números también sorprendentes. Gijón ha perdido 6.016 habitantes desde 2012. Entiéndase que se trata de personas, porque como revelaba EL COMERCIO el otro día, desde marzo de 2020 el municipio ha visto aumentar en más de cinco mil individuos la población de animales de compañía, hasta alcanzar la cifra de 40.326, divididos en 36.180 perros, 4.012 felinos, 78 hurones y 56 ejemplares de reptiles y otras especies exóticas. Probablemente en ninguna población española y, desde luego, en ningún otro municipio asturiano se dan ahora mismo estas cifras, que son impactantes. El impacto lo aprecian de manera especial en Emulsa, que el año pasado recogió 65.959 deposiciones caninas en la vía pública, higiénica operación que habrá costado un pico a la empresa municipal. (Como referencia para situarse pueden servir estos datos: la cabaña del concejo gijonés estaba compuesta hace tres años por 8.221 cabezas de ganado vacuno; 1.251, de ganado ovino; 144, de ganado caprino, y 910, de ganado equino).

Publicidad

Menos personas y, sobre todo, menos niños y niñas, y más animales. Parece que ese el camino emprendido por parte de la sociedad gijonesa, el que lleva a la anomalía social de que el declive demográfico sea simultáneo al crecimiento poblacional de mascotas, el eufemismo que engloba tanto al fiero rottweiler como al decorativo chihuahua, al inofensivo camaleón y a la temible boa constrictor. Allá ellos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad