11x12, un apagón a la conciliación
Pablo Martín
Secretario de Vivienda y Urbanismo del PSOE de Gijón y padre
Sábado, 24 de mayo 2025, 00:07
Este miércoles las familias que necesitaban conciliar se levantaban nerviosas e impacientes. Era un día muy importante, la apertura del periodo de inscripción del programa ... 11x12 del Ayuntamiento de Gijón. Pero, a primera hora del día, empezaron los mensajes cruzados y los chats de padres y madres bullían de wasap advirtiendo de que ya solo aparecían dos semanas de 4 días en julio y agosto, respectivamente. Todo el mundo estaba angustiado y desorientado porque no sabíamos si se trataba de un error de la web, del navegador o de cualquier otra circunstancia personal, y las líneas telefónicas del Consistorio estaban colapsadas. Hubo personas que incluso se acercaron a los centros municipales para tramitar la inscripción presencial a pesar de que solo se podía hacer telemáticamente. Fue entorno a las 10 de la mañana cuando hubo fumata blanca. Tras una reunión de los responsables municipales se decidió que el periodo de inscripción del resto de fechas se posponía al día después, al 22 de mayo, y que todo era achacable a un «error informático». Día perdido.
Tras esta situación, los padres y madres gijoneses nos pusimos estoicamente manos a la obra de nuevo con la «tradición anual», que no es otra que pedir favores en el trabajo, avisar a familiares funcionalmente digitales que sean capaces de hacer la gestión de las inscripciones, etcétera. En definitiva, hicimos todo tipo de malabares para inscribir a nuestros hijos e hijas en un programa de conciliación básico y de primera necesidad para las familias.
Ese día 22, a las 8:30 horas de la mañana, estábamos listos de nuevo con el dedo marcando con una cadencia rítmica e imparable F5. Empieza el 'rally' de la conciliación…
«¿Os va la web del Ayuntamiento?», «a mí sí», «a mi no», «yo los inscribí para la primera semana de agosto», «yo no sé si los inscribí, no lo puedo mirar», «el servidor se ha caído de nuevo». Los chats volvían a arder con preguntas y preocupaciones de todo tipo. Un nuevo problema informático se ciñe sobre el Ayuntamiento, aunque confiábamos en que seguramente los técnicos estuvieran intentando arreglarlo. Mientras tanto, silencio en las redes del Ayuntamiento y los teléfonos de atención nuevamente colapsados. Había familias monoparentales en los chats desesperadas de angustia que se preguntaban: «¿Y ahora qué hago?». Hacia las 10 de la mañana, el servicio se restablecía de forma intermitente. Las familias obreras –cuando lograban que el sistema cargara– veían cómo las plazas disminuían hasta que finalmente aparecía el temido marcador rojo de reservas.
Los afortunados hicieron pleno. «Yo los pude inscribir a una», «yo a todas», «yo no pude, tenía que trabajar», «imposible, ya estaban todas ocupadas, me quedé en reserva, ¿y ahora qué hago?».
Silencio en el Ayuntamiento.
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