Pamplinas y crecepelo
Cada día es más habitual oír, sobre todo a los políticos, alegatos grandilocuentes, largos y pomposos, repletos de palabras ampulosas y términos etereos. A veces te venden humo y otras adornan la simpleza
Si les digo que en los próximos días voy a crear un plan transversal de actuación, implementando una serie de medidas expansivas para desarrollar un ... trabajo interdisciplinar, con el objetivo de mejorar las directrices dentro del marco de actuación global en el que hoy estamos inmersos, ¿qué creen que les estoy diciendo en realidad? Parece que con un discurso de estas características voy a arreglar el mundo o que, por lo menos, tengo una idea muy clara de cómo hacerlo. Medidas expansivas, trabajo interdisciplinar, plan transversal. ¿Cómo no voy a arreglarlo? Salvarlo en realidad. Si no es hoy, será mañana o pasado o, a más tardar, en el 2050, pero lo salvaré. Por favor. Es evidente. Si voy a mejorar las directrices del marco de actuación global. Yo solita.
Pues, bien, la realidad es que me lo he inventado. Todo. De principio a fin. No tengo ningún plan ni proyecto implementador transversal ni cosa similar. Suena bien, pero es todo ficción. Es un mensaje huero, pomposo a la par que efectista, he de reconocer, pero completamente vacío de contenido. Está construido a través de frases, conceptos, ideas y disertaciones varias que se lanzan alegremente, cada vez con mayor frecuencia, en distintos foros, sobre todo políticos. Conceptos que oigo y me chirrían como el empoderamiento del poder judicial, el emprendimiento como valor añadido o la libertad de elección laboral. Es oírlo y, clic, sé que me están vendiendo algo.
Son discursos, como les digo, vacíos y que se dan en cualquier color político, aunque es cierto que son más habituales entre los que ostentan puestos de poder. Alocuciones que me hacen dudar sobre si los intérpretes, al leerlas y defenderlas -a veces con vehemencia-, deliberan alguna vez sobre la vacuidad de sus mensajes. Antes, hace unos años, hubiera dicho que, por supuesto, ¿cómo no se van a dar cuenta de que no dicen nada?; hoy, en cambio, no lo tengo claro.
'Medidas expansivas, trabajo interdisciplinar, plan transversal...' Mensajes efectistas vacíos de contenido
Cuando les oigo decir, por ejemplo, que «las grandes transformaciones comienzan con la creación de una visión compartida; una meta distante que nos ayuda a fijar prioridades, coordinar esfuerzos» (Pedro Sánchez) o que «debemos salir al encuentro de esa mayoría silenciosa que quiere estar unida para hacer cosas juntos, pero que necesita un proyecto transversal» (Pablo Casado), pienso en lo poco que realmente les escuchamos. Grandes transformaciones, visión compartida, meta distante, mayoría silenciosa, proyecto transversal. ¿Qué es lo que nos están diciendo? O quizá debería desechar mi pregunta porque simplemente no quieren decirnos nada. No hay intención. Son simples vendedores ambulantes de crecepelo. Es decir, solo nos venden humo, pero nosotros se lo compramos. Por eso es cada día más habitual ver, oír y leer este tipo de alegatos grandilocuentes, largos y pomposos, repletos de palabras ampulosas y términos etéreos. A veces te venden humo y otras adornan la simpleza. Por ejemplo. Si hay que pensar sobre un tema concreto, tienen dos opciones. 1) Decir claramente que lo van a pensar. 2) Decir que crearán un equipo cruzado para proyectar un procedimiento transversal sólido de pensamiento. ¿Cuál compramos? El crecepelo.
Y, aunque pueda parecer algo increíble, voy a terminar esta reflexión con una frase de Pablo Casado -sí, del mismo muchacho al que Ayuso le está robando el liderazgo a la chita callando-, que dice que «si no sabemos transmitir eficazmente lo que pensamos y hablamos más de nosotros mismos que de los españoles, nuestra tarea política fracasará». Bien, pues a ver si se aplican el cuento. A ver si empiezan a transmitir de forma seria y se dejan de tanta pamplina y crecepelo.
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