Honestidad perdida
Paula Besteiro Meana
Jueves, 20 de febrero 2025, 01:00
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Paula Besteiro Meana
Jueves, 20 de febrero 2025, 01:00
Con el corazón en la mano me dirijo a todos los lectores de EL COMERCIO para compartir una realidad que me ha dejado profundamente golpeada ... moralmente, desorientada e indignada. Durante años llevo entregando mi alma y mi tiempo al PP de Gijón. Lo he hecho por voluntad propia, trabajando con ilusión y compromiso, creyendo en un proyecto común que, en algún momento, se presentó como la esperanza de un futuro mejor.
Desde mi afiliación en 2020, he trabajado con pasión y convicción, impulsada por la visión y el compromiso de líderes como Ángela Pumariega, con la que tuve el honor de trabajar en las pasadas elecciones municipales, ofreciendo mi máximo esfuerzo y tiempo. De forma generosa, el partido me reconoció el trabajo con el honor de representarlo en Emvisa, un cargo sin ninguna asignación económica. Fue todo un privilegio, al que me apliqué con gran ahínco y la mayor de las ilusiones. Sentí que cada reunión, cada actividad y cada palabra de aliento, eran verdad y aprecié que la lealtad y el trabajo duro eran reconocidos en mi partido. Ahora, me entero, de la forma más fría y distante, de mi cese fulminante como representante en esta entidad. Sin ningún motivo aparente, y lo que es peor, sin que nadie se haya dignado a comunicármelo de forma personal, ni con una llamada de teléfono, dejándome con un sabor amargo sobre algo que creía no ocurría en mi partido.
Creí en las palabras del nuevo presidente, quien prometió integrar al 44,5% de los afiliados que no le dieron su voto. Sin embargo, se evidencia que la visión se ha limitado a un partido formado únicamente por el 55% de los 'ganadores'. Mi única 'ofensa' fue apoyar a un candidato en un proceso democrático, una decisión tomada desde la convicción y la esperanza de contribuir al cambio. Pero ahora, el reconocimiento a ese esfuerzo se ha visto truncado, reemplazada por un compañero, cercano al nuevo presidente, con cargos orgánicos y aunque tenga todo el derecho del mundo a ocupar el puesto, creo que no de esta manera. No escribo estas líneas para atacar o generar discordia, sino para dar a conocer un sentir profundo que, desde mi lealtad incondicional, se ha visto mancillado por una dirección que, a mi juicio, debería dejar atrás las sombras del pasado y mirar hacia un futuro en el que se valore el compromiso y la dedicación de quienes día a día trabajamos por un proyecto común. Yo soy y seré siempre del PP, y seguiré dispuesta a trabajar siempre que me lo soliciten y ofreciéndome para cualquier tarea que se me requiera.
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