En la costa gaditana llevan unos meses asombrados con las orcas. Desde febrero se han notificado casi medio centenar de embestidas a embarcaciones, tantas, que ... la capitanía Marítima de Cádiz ha decidido restringir la presencia de embarcaciones de vela de menos de 15 metros de eslora, las más vulnerables a estos golpes de los cetáceos. Mientras, la comunidad científica se afana por comprender qué sucede.
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Las orcas nunca habían manifestado esta 'violencia' en su encuentro con barcos, o, al menos, nunca se había constatado. Alfredo López, presidente de la Coordenadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños, dice que saber la razón de todo esto puede llevar años, que lo único evidente es que pasa solo en las costas españolas y portuguesas, y desde hace muy poco tiempo.
Al principio se creyó que era propio de ejemplares muy jóvenes, curiosos ante el encuentro con barcos, pero la teoría se ha descartado enseguida, al comprobar que también las orcas de más edad participan en este fenómeno. Lo que sí parece claro es que no buscan más perjuicio que el susto. «La pieza más débil del barco es el timón o sus engranajes, que es lo que se rompe. No hay otro tipo de daños. Si quisieran haber hundido barcos de 5 metros los hubieran hundido con facilidad», explica López. Para Ana Aldarias, coordinadora del área marina de Ecologistas en Acción, la clave está en los seres humanos. Dice Aldarias que no hay más que observar nuestro comportamiento en la mar: «Muchas veces no se respetan las normas, se las hostiga, se les corta el paso. Cualquier animal se va a defender». No sé lo que piensan las orcas, pero al ver esas imágenes del Mar Menor una piensa que los peces deben sentirse muy vengados.
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