El papi gruñón y el niño imbécil
Rafael Fernández
Martes, 1 de julio 2025, 00:20
No imaginaba al nene entendiendo al papá; era éste quien combatía, frenaba y educaba al caprichoso infante pero, exiliada la adultez, vuelto el infantilismo 'adulescente', ... tipos como Rutte, hijo de Países Bajos, padre de altos vuelos, sargento chusquero, juegan a ser el niño-guay esperando una piruleta a base de aplaudir a papi. Fácil tener hijos, duro educarlos. Ante la falta de modelos, llega el papi planetario y su numerosa prole –el ritmo sexual parece frenético visto cuánto jode– aplaude las collejas, sus tracas cósmicas y riñas públicas. Papi inaugura dinámica en política internacional: la ONU es UNO, la OTAN, OTRU. Siempre hubo cretinos, la novedad es adorarlos, buscar su mirada, soñar su castigo, ansiar el mensaje; el mundo se admira de este valiente capaz de decidir sobre vidas lejanas y disparar con pólvora ajena. El planeta altera su eje, hoy gira alrededor de su humor –voluble–, temperatura –elevada– y testosterona –millonaria–. No queda otra que averiguar –adivinar– con qué ánimo despertará, qué punto señalará en el mapa para bombardear, a qué país cambiará aranceles. La ciencia política deviene cartomancia, la psicología electoral, parasicología visionaria; la geopolítica, juego de los barcos, y la economía una versión aumentada de 'adivina, adivinanza'.
En un mundo de dirigentes esperpénticos, no extraña el exótico figura, sí que quien debe defender la libertad ajena a la selvática, la justicia opuesta a la venganza y que la mejor defensa nunca es un buen ataque, aplauda y vista de tiralevitas al rey desnudo. Ciertamente la imbecilidad es un mal contagioso, un virus próximo a convertirse en pandemia mientras los anti-vacunas ganan la batalla. «Ave César, los que van a morir, te saludan (y adulan)»; versión actual del circo romano ante el nuevo emperador. Gracias Mark Rutte.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.